Ante las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno de Aragón que, para paliar las consecuencias de las fechas navideñas, volvieron al cierre interprovincial, Aramón decidió dejar en pausa su apertura. Sin embargo, hace una semana, Astún confirmó el mejor regalo de Navidad que podían recibir los amantes de este deporte: mantenían su apertura para el 23 de diciembre.
Así pues, la estación altoaragonesa se ha convertido en un pequeño paraíso de la nieve del que muy pocos pueden gozar. En una llegada tardía el pasado sábado, ni siquiera el parking principal estaba lleno. Esquiadores de Huesca, del Serrablo, de la Jacetania o del Sobrarbe se citaban en una soleada mañana que tan solo el viento la privaba de ser perfecta.
En la entrada, dos trabajadores del Gobierno de Aragón se aseguraban de la procedencia de los presentes. “Todavía es pronto, esto irá a más pero… ¿Ves todos esos de ahí? Pues todos de fuera”, indicaba, uno de ellos, señalando un lateral del parking donde varios grupos de fuera de la provincia de Huesca esperaban un milagro para poder entrar a la estación. Aquel día, la Policía Nacional multó a 30 esquiadores que intentaron saltarse el cierre interprovincial y autonómico para acudir a las pistas.
Una vez superado el detector de “forasteros”, una voz por megafonía recibía a los clientes con un recordatorio claro: mascarilla obligatoria en las colas, en los servicios y durante los trayectos en el telesilla. Lo cierto es que, más allá de la protección sanitaria, tampoco sobraba la mascarilla; se agradece cuando estás a cinco grados bajo cero.
Salvavidas para los negocios
Astún prometió que contaría con, prácticamente, todos sus kilómetros esquiables, y así fue. Salvo el telesillas de Águilas y algún telearrastre, la estación contaba con sus dos principales torres: Truchas y la Raca. Mientras tanto, varios cañones en zonas de mayor tránsito, se aseguraban de proteger bien el terreno.
Ya hay nieve -y más que se espera en los próximos días-, ahora solo falta gente, público. El negocio de la nieve es uno de los principales motores económicos en Aragón y se ha visto gravemente afectado en este primer mes de temporada. “Ha sido un alivio para nosotros que abriera Astún, pero, aún así, con estas medidas, es complicado seguir siendo sostenible”, comentaba uno de los dueños de los bares a la falda de la estación.
La situación de las pistas de esquí se ha convertido en uno de los principales debates en la actualidad. El propio José Ricardo Abad, presidenta de la FADI, rompió su silencio sobre este dilema. Y es que, dada la delicada tesitura en la que nos encontramos, cada decisión es y será clave.