El Real Zaragoza doblega al Leganés en un encuentro que Maikel Mesa decidió al filo del descanso. Julio Velázquez reseteó a lo grande al equipo y el conjunto aragonés encontró sentido a su partido en la presión tras pérdida, la amplitud y el balón. Sostuvo su resultado gracias a una defensa del área muy rotunda y, a pesar de que no pudo matar a la contra, nunca vio peligrar la victoria.
Dani Rebollo (5’5): Tuvo un partido plácido en términos generales. Sufrió puntualmente cuando tuvo que distribuir con los pies, pero los centrales no le exigieron de más en ese aspecto. Fue mejorando con el paso de los minutos y, aunque volvió a dudar en las salidas, puso el cerrojo a la portería del Real Zaragoza.
Fran Gámez (7’5): El mejor de la tarde. Vivió tranquilo con Mouriño guardándole la espalda, no se arrugó en las disputas y tampoco pagó peaje en la autopista que Velázquez le sirvió con el planteamiento. Le faltó tino en el centro, pero dejó un partido realmente equilibrado. A través de él, el Real Zaragoza vio la luz en campo rival.
Santiago Mouriño (6): De menos a más. Empezó muy condicionado por los nervios y el contexto, pero con paso firme fue ganando puntos en el partido como si de un combate de boxeo se tratase. Hizo mejor el partido de Fran Gámez y empequeñeció el de De la Fuente. Solvente.
Jair Amador (6’5): El cambio de sistema de Velázquez modificó su rol y le descargó de responsabilidades con balón, algo que agradeció. Fue el arma sorpresa del Real Zaragoza en cada balón largo y volvió a destacar en lo que ya acostumbra: nadie gestiona el juego aéreo como él.
Alejandro Francés (7): A pesar de que jugó en el perfil izquierdo, firmó un partido notabilísimo. Asumió riesgos, protegió la espalda de Valera a campo abierto y, por el camino, anuló a Diego García. Tras un inicio de temporada dominante, podemos afirmar que es una anomalía tremenda tenerlo en Segunda División.
Germán Valera (7): Actuación de muchísimo mérito del canterano del Atlético de Madrid. Aunque erró en la toma de decisiones cerca del área rival, se exprimió al máximo a nivel físico y potenció el sistema de ayudas que diseñó Velázquez. Con un sistema que poco le beneficia, consiguió destacar.
Marc Aguado (6’5): Vio una amarilla tempranera que alteró su partido, pero supo jugar con ella hasta que se marchó sustituido. Limpió cada salida de balón desde la base del pivote, lanzó en ataque a Moya y Francho y contuvo a Dani Raba, que se movió entrelíneas sin éxito. En el pase, un seguro absoluto: 31/38 acertados.
Francho Serrano (6´5): Su presencia hace mejor al Real Zaragoza y su recorrido potencia el sistema ofensivo del conjunto aragonés. Cuando se juntó con Maikel Mesa, como cuando consiguió conducir con metros por delante, hizo daño. Aunque se fue diluyendo con el paso de los minutos, siguió aportando a varias alturas.
Toni Moya (6’5): Le costó hacer pie en el partido, pero cuando lo logró lo hizo con rotundidad. Dejó una segunda parte de trabajo, buenos toques y gran dinamismo, en los que fueron sus mejores minutos con la blanquilla. Aunque tiene un margen de mejora altísimo, Julio Velázquez comenzó a recuperarlo para la causa: es el mandón que necesita el Real Zaragoza.
Maikel Mesa (7): Su fútbol es demasiado bueno, y su llegada una razón de ser para el actual Real Zaragoza. Llenó su partido de movimientos, controles y buenas decisiones y, después de una jugada enorme que casi pierde por enredar en exceso, encontró su cuarto gol de la temporada. Indiscutible.
Víctor Mollejo (6’5): Actuación ‘marca de la casa’, repleta de carácter, brega y duelos individuales. Se pegó con la zaga del Leganés sin importarle el beneficio propio y siempre pensando en el colectivo, lo cual, viniendo de donde viene el Real Zaragoza, ya es un gran paso. Su figura, ahora mismo, tiene un valor incalculable.
Cambios del Real Zaragoza:
Jaume Grau (4’5): Refrescó la medular, pero le costó encontrarle el ritmo y la intensidad al partido.
Sergio Bermejo (SC)
Sergi Enrich (SC)
Alberto Vaquero (SC)
Andrés Borge (SC)
Entrenador del Real Zaragoza:
Julio Velázquez (7’5): Acertó de pleno en el planteamiento y cuando tocó el equipo en la segunda parte fue más por obligación que por ganas. Su equipo tuvo siempre buenas intenciones y juntó en el campo, con buen resultado final, a los que deben engrandecer la temporada del Real Zaragoza. Uno de los vencedores de la noche.