Un Real Zaragoza incapaz pierde los nervios y dos puntos contra un sólido Málaga que jugó casi sesenta minutos con diez tras la expulsión de Kevin Medina. El equipo de Víctor Fernández careció de ideas, propuesta y alternativas y se acabó estrellando contra sí mismo en un choque que desesperó a La Romareda.
GAETAN POUSSIN (8): Se hizo larguísimo para mantener vivo al Zaragoza en un partido que le exigió puntualidad, decisión en tramos puntuales. Fue lo mejor de una primera parte insulsa, decepcionante en todas sus formas. En la segunda, un mero espectador.
IVÁN CALERO (5’5): Hizo del centro lateral un recurso demasiado habitual. No tuvo tino, finura a la hora de finalizar y apenas representó una amenaza para el Málaga. Su condición de defensor le valió para ganarle el duelo a Medina.
LLUIS LOPEZ (4): Concedió metros, espacio y tiempo con Baturina, sufrió cuando el croata jugó de espaldas, y Castel, su homónimo en la segunda parte, le acabó de desnudar. En la defensa del área estuvo lejos de ser una referencia, en algo que ya se ha convertido en rutina.
BERNARDO VITAL (4’5): Solvente en la primera parte, perdió firmeza en cuanto empezó la segunda. Castel le hizo daño por arriba, en el cuerpo a cuerpo siempre se supo inferior y acabó mal, perdida ante la desesperación general.
DANI TASENDE (6): El Zaragoza notó su vuelta, en especial durante treinta minutos tras el descanso. Hacia arriba siempre fue bien, con ímpetu y verticalidad. Pisó en varias ocasiones línea de fondo y le sirvió un buen centro a Iván que se quedó a centímetros de ser una asistencia. Sufrió ante Larrubia a campo abierto.
AGER AKETXE (4’5): De menos a más, ganó peso cuando centro su posición. En la base se sintió protagonista, el centro de todas las cosas. Su producto final sigue siendo escaso, principalmente para lo que se presupone de él.
FRANCHO SERRANO (4): Víctor le quitó en su mejor momento, cuando su sello pareció hacerse notar. No negocio ni un esfuerzo, en una característica que ya distingue su fútbol.
MARC AGUADO (4): Provocó la expulsión de Medina, en una acción de barro que le mermó hasta el descanso. Pecó de conservador con el balón, buscó siempre el pase fácil y no llegó a encontrar líneas sobre las que progresar. El contexto en la media fue claustrofóbico.
ADU ARES (2): Jugó con fuego, antes y después de la amarilla que recibió, y casi se marcha expulsado antes del descanso. La Romareda vio venir un desenlace fatal, en lo que fue un aviso para Víctor Fernández. Negado.
PAUSANS (4’5): Jugó centrado, en una posición poco común para él. El Zaragoza no pudo encontrarle, ni al pie ni al espacio, y Víctor le cambió incomprensiblemente en un partido falto de destellos.
IVÁN AZÓN (5): Perdió el ángel de las últimas semanas, pero volvió a ser el fin de todas las cosas. Echó en falta a Bazdar, un socio que hiciera buenas todas las cosas que genera con trabajo y empuje.
También jugaron:
ADRIÁN LISO (2): Cobarde y previsible, no encaró a Gabilondo ni una sola vez. Su registro dominante cada vez lo es menos y da la sensación de que necesita encontrar un recurso alternativo que vuelva a colocarle en el centro de la escena.
TONI MOYA (4’5): Su impacto llegó tarde, con el Málaga en su campo replegado en bloque bajo. El Zaragoza con él fue menos insípido, pero insuficiente en general.
MARCOS LUNA (5): Salió de extremo, por Pau, en un cambio que no tocaba. Estuvo bien, activo, aunque desnaturalizado en varias de sus acciones.
ALBERTO MARÍ (S.C.)
SERGIO BERMEJO (S.C.)
Entrenador:
Víctor Fernández (2): Se la jugó en el planteamiento, con Adu principalmente, y se pilló los dedos. Su equipo volvió a naufragar en cuanto el Málaga le pidió que propusiese y careció de recursos en ataque, sobre todo. No mejoró al Zaragoza con unos cambios que apenas dieron réditos.