Mes de mayo. Último partido de liga regular de la máxima categoría nacional en casa. Y en frente estará el rival directo del curso. ¿Les suena? Más de uno se habrá acordado del partido disputado el 9 de mayo de 2009 ante el CB Murcia en el Príncipe Felipe.
Por aquel entonces, tanto aragoneses como murcianos se jugaban en un partido a vida o muerte el ser o no ser en ACB. Con la ventaja, por supuesto, de que el Basket Zaragoza contaba con el apoyo de la grada. Pero la fiesta terminó en tragedia y el equipo de Alberto Angulo descendió a Leb Oro. Obviamente, el objetivo no tiene nada que ver.
Luchar por Play Off no es lo mismo que hacerlo por salvarse
El pulso de Tecnyconta y Manresa de este domingo es para entrar en Play Off. Para nada es comparable el hecho de quedarse fuera del Play Off a lo que supone perder la categoría. Aquel fatídico día de hace más de 10 años fallaron muchas cosas, actuación arbitral incluida, tampoco hace falta rememorarlas todas.
No obstante, sí que hay algo que no debería caer en el olvido y nos puede servir para este domingo. Hace 10 años, al menos mi sensación, es que ya solo por meter a 11.000 personas en el pabellón la salvación estaba lograda. Y no era así. El equipo empezó muy impreciso en el primer cuarto y el pánico se iba apoderando poco a poco de todos (aficionados, jugadores y técnicos). Aún con todo, llegamos a estar 59-58 arriba en el último cuarto. Es decir, que aunque empezamos mal, tendremos opciones de remontar. Es algo que parece fácil a simple vista, pero en el momento en el que te ves 9-18 abajo es complicado pensarlo. No hace falta cargarse de más presión de la necesaria.
El partido es muy largo
Podemos tener una mala racha de varias acciones consecutivas fallando tiros o perdiendo el balón, pero sin entrar en el nerviosismo desde la grada ni desde la pista. Conviene evitar esa ansiedad que atenaza a los jugadores. Desde luego, al no competir por la permanencia, la mentalidad es mucho más sencillo que sea diferente.
En 2009 se jugaba con miedo al descenso. Ahora no. Al final, el deporte no deja de ser un juego y obviamente puede pasar cualquier cosa. Pero el hecho de llegar a la última jornada de liga con la opción de entrar en la fase final por el título ya es mucho más que lo que podía preverse en septiembre.