HUESCA | Fher Pérez seguirá una temporada más como segundo de José Francisco Nolasco en el banquillo del Bada Huesca. A sus 42 años abre la puerta a su séptima campaña, siempre con el alicantino como referencia y en la ASOBAL. No se cansa de contestar a la sempiterna pregunta de si le gustaría ser el responsable del cuerpo técnico. No es que responda de manual, es que nunca ha cambiado su discurso: “No tengo ninguna prisa y sigo aprendiendo”. Exportero de balonmano, los seis años le han ido curtiendo desde la banda. Se queda con todo lo aprendido, devorando todo lo que gira sobre este deporte en el 40×20, viendo rivales para preparar vídeos y escudriñando partidos para ver jugadores. También es enlace entre la plantilla y el técnico.
Quizá el hecho de que fuera estudiante de ingeniería industrial le ha llevado a ser más racional que emotivo. Busca la lógica, el análisis antes de tomar una determinación. Sabe que la cabeza es un factor clave en el desarrollo de todo deportista. Quien juega a la ASOBAL responde a una fortaleza física excepcional, pero la confianza es clave. “Un partido o dos buenos supone un cambio importante en un jugador”, acota.
Y en este sentido tiene plena confianza en el equipo para la próxima campaña. Tanto Frank Cordiés como Ignacio Suárez dieron un paso adelante nada más llegar al equipo. Se muestra seguro de que su progresión la próxima temporada será mayor. Igual que el canterano Pepe Floris, dueño de un físico poderoso, pone el acento en que sus “condiciones son espectaculares” y la seguridad de que la 2023724 va a ser una buena campaña para el canterano.
Como segundo del cuerpo técnico presta especial atención a los porteros, por su pasado como jugador no esconde cierta debilidad por esa posición sobre la pista y cuando aparca el balonmano se engancha a la música -especialmente rock, pero también blues y heavy metal-, la lectura de novela negra, fantástica o de historia y a series como ‘Hijos de la anarquía’.