El Valle de Tena es un rincón conocido y apreciado por los amantes de la bicicleta que ya tienen la suerte de conocerlo. El valle tensino suele ser un destino habitual fuera de los meses invernales para muchos ciclistas que desean disfrutar de la variedad de recorridos que hay, algunos incluso regresan con sus bicicletas en verano tras haberlo conocido esquiando en el blanco invierno. Y por supuesto, con el añadido de ser territorio Quebrantahuesos con todo el descenso del Portalet y las recientes ocasiones en las que La Vuelta ha llegado a Sarrios o este año con el paso a Francia por el Portalet.
Pero desde ahora hay se oferta una ruta que trata de condensar toda la magia del valle en un recorrido que viaja por los diversos rincones del Valle de Tena. Hablamos de la Flor Valle de Tena, un trazado circular para conocer el valle en bicicleta y sin apenas dejarse un puerto o cuesta sin subir. El nombre viene dado por la forma de flor que presenta el recorrido sobre el papel. Y sobre el papel se presenta un trazado duro y sinuoso pero a la vez bello y lleno de encanto.
Tiene su inicio oficial en Panticosa, pero obviamente al tratarse de un circuito circular siempre se puede hacer desde cualquier otra localidad tensina. Pero hablemos del original, donde primero nos encontraremos con la mítica ascensión a Hoz de Jaca en el mismo sentido que lo hace la Quebrantahuesos. Dos kilómetros bastante exigentes pero de buen hacer al inicio. Se sigue bordeando el embalse de Búbal hasta coger el desvío a Piedrafita y el Parque Faunístico de Lacuniacha, una ascensión que sin ser suave si es bastante llevadera. Regreso por el mismo camino y turno para afrontar el bucle Tramacastilla-Sandiniés. También algo dura pero la buena carretera que hay ayudará al rodar. En el descenso hay que extremar las precauciones por la pendiente y la estrechez de la carretera.
A partir de ahí toca el turno para la zona norte, con el paso por Lanuza y Sallent hasta llegar primero a Formigal por la antigua carretera, bien conservada y muy atractiva para el ciclismo, y posteriormente alcanzar el techo del recorrido con los 1.794 metros del Portalet. A partir de ahí tocará disfrutar del merecido descenso hasta Escarrilla para afrontar la que puede ser la mayor dificultad de la Flor Valle de Tena, la ascensión al famoso Balneario de Panticosa. Un puerto con unos exigentes kilómetros finales pero que nos ofrece un entorno digno de admirar. Tras bajar de nuevo a Escarrilla tocará realizar en sentido inverso toda la primera parte de la Flor Valle de Tena hasta llegar de nuevo a Panticosa.
En definitiva, un recorrido que llega a los 110 kilómetros (con unos 2.000 metros de desnivel) ideado en parte para mostrar a los visitantes la belleza de un valle muy activo, que vive el mundo de la bicicleta como pocos, y que a la vez quiere seguir dándose a conocer dentro del mundo del ciclismo como un destino irrenunciable para el aficionado. Ya lo hacen profesionales de la zona como Jorge Arcas y Jaime Castrillo, pero también ha siso y es destino de otros exciclistas como Haimar Zubeldia y Markel Irizar entre otros, y tú, ¿lo harás?