HUESCA | Pepe Floris sigue quemando etapas en su adaptación a la ASOBAL. El canterano entrena con los mayores, tiene algún minuto y es una de las piezas clave del filial que este fin de semana quiere dar el primer paso para ascender a Primera División. Llega a Zaragoza el sector con el Utebo, Casetas y Stadium Casablanca como rivales. Ni que decir tiene que el cambio de jugar con el filial siempre es brutal ni tampoco la responsabilidad por ganar. “Somos los favoritos”, entrecomilla Floris. Tocará ganar primero este sector y luego el siguiente para ascender. De fácil, nada.
En el vestuario es el encargado de los trabajos propios de quien acaba de llegar y es el más joven. Vamos, al que le toca recoger balones, el agua… lo que le pidan los veteranos. Le toca a él y a otros de su quinta cuando entrenan con el primer equipo. A sus 19 años y estudiante de ADE, Dijà ejerce de guía de Floris. El brasileño le mete caña, mucha caña. Y el chaval se lo agradece. De los más ‘colegas’ Franki Cordiés y Mosquera. Con cuatro años de contrato con el BM Huesca, su principal labor en el equipo es defensiva. Sabe cuál es su rol y lo asume con precisión de reloj suizo. Sabe que tiene que entrenar a tope, darlo todo cuando no hay focos y cuando hay puntos en juego. Además, atrás, donde el error cuesta goles implica una mayor responsabilidad. Sabe que hay más permisibilidad en ataque, pero atrás… el balonmano se cimenta sobre la defensa. Y allí ni se puede ni se debe fallar.
Floris se siente un ganador nato. Como todo jugador en la elite no le gusta perder a nada. Mide cada palabra y cada frase para que no se le malinterprete, para que nadie le pueda acusar de prepotencia. De hecho, se quita cualquier protagonismo. Ni es líder ni le gusta, sí animar a sus compañeros cuando le toca arrimar el hombro en el filial. Su entrada en la ASOBAL la recuerda de forma nítida. Lo hizo por la puerta grande. Contra el Barça en la pasada temporada donde firmó un gran encuentro. Y eso siempre ayuda a ganar en confianza. En saber que con trabajo hay más posibilidad de llegar. Fue, escrito así, su pie en pared.
Tendrá espacio
Sabe que tiene que mejorar para conseguir más confianza con el técnico Nolasco y en ser más letal en las contras y en los lanzamientos. Reconoce con absoluta franqueza que en “algunos entrenamientos la lío un poco y sé que tengo que mejorar”. En su casa, sus padres, María y Jorge, son su clave de bóveda. Siempre están allí animándole. Quien aparece menos por el Palacio es su hermana, Ana, “al menos soy su jugador preferido”, dice entre risas. Su técnico Nolasco ve en él a un jugador con una enorme proyección. “A nivel de entrenamiento ha mejorado muchísimo y hace muchas cosas bien tanto en ataque como en defensa”, subraya el preparador que, asevera, “la próxima temporada tendrá un espacio en la primera plantilla”.