Para resucitar hay que haber muerto antes y el Huesca ha revivido en el escenario más hostil de la temporada. Desdibujado y repleto de lagunas, ha tirado otra vez de amor propio para aferrarse con uñas y dientes a la sexta plaza y remontar dos goles a un rival directo. A un Tenerife que durante más de una hora ha sido dueño y señor del Alcoraz y ha acabado cediendo un empate que sigue dejando cerradísima la pelea por la fase de ascenso.
Los oscenses, que no han podido vencer en casa a los mejores, saborean unas tablas que parecían impensables tras el doblete inicial del Choco Lozano. Borja Lázaro y Samu, de penalti cometido sobre el ‘9’, han volteado unas expectativas que pintaban negras. || CRÓNICA DEL PARTIDO.
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