ZARAGOZA | Fran Escribá dio las claves del inicio de la competición. El duelo ante el Villarreal B será la primera prueba del nuevo Real Zaragoza, el más ilusionante de todos los estrenos. Y el técnico, que apenas había hablado en toda la pretemporada, se extendió en sus respuestas y analizó con pausa todos los temas que estaban en la palestra.
Escribá valoró el trabajo de la dirección deportiva. Cordero ha construido un equipo competitivo, con fichajes contrastados: “El primer objetivo era mejorar la plantilla y es evidente que lo hemos conseguido. No ha habido un solo jugador que no entrara en las primeras opciones. Creo que hemos manejado muy bien los tiempos. A Juan Carlos no le pido nada, me está trayendo lo que siempre habíamos hablado”.
La evolución de la plantilla no permite hablar todavía de ascenso, una de esas palabras sordas que recorre todas las temporadas. Para Escribá es una cuestión lógica, una marca que está escrita en la anterior clasificación: “Creo que los únicos que tienen la obligación de hablar de ascenso son los recién descendidos de Primera División. Realismo. Hemos mejorado la plantilla, pero el único objetivo que tenemos es ganar el siguiente partido. Comparto la ilusión y la ambición de la gente, pero creo que la mezcla de humildad y ambición es la que nos hará llegar lejos. Ninguna carrera se gana en el primer kilómetro”.
Las soluciones propuestas por Cordero en el mercado le dan más soluciones a un Zaragoza en construcción, la posibilidad de tener muchas pieles: “Tenemos muchos más registros, veo al equipo con más variantes. A mí me gustaría ser un equipo dominante en la mayoría de los partidos, pero sabemos que en esta categoría hay muchas fases en cada partido. Hay que saber adaptarse a esos momentos”.
El nuevo Zaragoza ha crecido en campo contrario y Escribá tiene en su abanico mayores soluciones en ataque. Esa lectura ofrece una necesidad, la de volver a ser un equipo fiable en el plano defensivo: “Una de las claves va a ser la seguridad defensiva, porque vamos a generar más situaciones que el año pasado.” Las mejores rachas de entonces no se entendieron sin el compromiso defensivo, que debe ser una prioridad colectiva.
En su rueda de prensa, Escribá valoró también las condiciones del Villarreal B. Lo definió como un equipo atrevido, “con los conceptos muy claros”, difícil de conocer por el lógico tránsito de los filiales, pero que son siempre reconocibles en su modelo de juego. El guía de su banquillo, Miguel Álvarez, tiene experiencia y un conocimiento exacto de la categoría y su contexto.
El técnico cerró su comparecencia hablando del espíritu colectivo que siempre tuvo este juego. Y dejó un guiño para los canteranos que se mantienen en dinámica de primer equipo: “Los chicos están porque apetece tenerlos y porque cuentan para nosotros”. En su lectura, dejó una conclusión global: “Estoy convencido de que vamos a hacer una gran temporada”.