El Real Zaragoza ha hecho oficial a última hora de la noche un secreto a voces. Fran Escribá ya es el nuevo técnico del equipo aragonés. El compromiso llegará hasta 2024 y el técnico conocerá a sus nuevos futbolistas en el entrenamiento programado para las 10:30 h. La presentación se efectuará a las 13:00 h, en La Romareda. Fran Escribá ocupa así el sitio de Juan Carlos Carcedo, cesado en la tarde de ayer y que se había despedido una hora antes de la afición a través de las redes sociales. El técnico valenciano regresa a la rueda del fútbol un año después de su despido en el Elche, que supuso una gran división entre la afición y la cúpula del club ilicitano.
Escribá llega acompañado de David Generelo, un mediocampista fino, de clase y llegada, que defendió durante una década los colores del Real Zaragoza (entre su paso por el filial y sus dos etapas en el primer equipo). En la preparación física, el técnico estará asesorado por Julen Masach. Los dos han integrado su cuerpo técnico en las últimas aventuras. Escribá no solo ha destacado como un ídolo del Martínez Valero: también le sentaron bien los banquillos del Madrigal y de Balaídos. Quizá su peor experiencia en la élite llegó al frente del Getafe, donde fue destituido en su primer curso, tras doce partidos sin vencer. Si en algún lugar conserva el cariño del público es en Elche, donde logró un histórico ascenso hace diez temporadas.
Los mejores argumentos a favor de la elección de Fran Escribá son su experiencia, su lectura del juego y un liderazgo sensato. Fino en su etapa como futbolista, sus equipos se entienden a través del orden y del rigor táctico. Capaz de entender también el talento individual, en Balaídos creó el contexto ideal para que Iago Aspas fuese el Messi del Celta.
La Romareda será un desafío más para un técnico discreto, cuya principal tarea será recuperar la sonrisa de un grupo en absoluta depresión. Sanllehí trabajó en secreto el relevo de Juan Carlos Carcedo y poco más de 24 horas después de su despido, anunció el acuerdo con su sustituto.
En las últimas horas del 7 de noviembre de 2022, le entregó las llaves de La Romareda a Fran Escribá.