Fran Escribá atendió a los medios en la mañana de este domingo, en la previa del duelo ante La Ponferradina. El técnico usó su tono habitual, pausado y sensato, de profesor al que siempre quieres escuchar. En su comparecencia, evitó hablar del mercado y de sus secretos, centrado en uno de esos partidos claves para el desarrollo del curso. Su discurso tuvo una raíz básica: “Tengo plena confianza en la dirección deportiva. Mi única preocupación es el partido ante La Ponferradina. Cuando se cierre el mercado haremos balance de lo que somos”.
Escribá siempre dijo mucho en todo lo que calla. También él parece inquieto, cerca de la decepción en torno a las incorporaciones de invierno. Juan Carlos Cordero se ha atascado en la operación salida y debe mover pieza a contrarreloj, sin margen de maniobra. En ese lugar de la historia aparece Radosav Petrovic y Escribá definió su caso con tacto pero con sinceridad: “Hemos hablado con el futbolista y se busca la mejor solución para todos”. O dicho de otra forma, se acepta una ruptura amable.
El técnico valoró la posibilidad de jugar con Giuliano Simeone y Azón juntos, en un plan que ya estaba previsto para El Molinón: “Iván y Giuliano están perfectos. La idea de Gijón era juntarlos arriba. El cuerpo me lo pedía y es una opción muy clara para mañana”. La llave de esa posibilidad está en Mollejo, capaz de adaptarse a varios contextos de partido, de actuar en banda y en el frente de ataque. Ante la falta de extremos y de regateadores, Escribá eligió la cautela y la vigilia, a la espera de un cambio de guión en las últimas horas.
En el otro lugar del juego, en el capítulo de los recuperados, aparece Sergio Bermejo. El técnico siempre pareció el mejor defensor de su talento y ante los micrófonos ensayó una descripción de su juego y de su peso en el equipo: “Bermejo es un jugador importante. Es desequilibrante y la pide siempre, independientemente de cómo le salgan las cosas. Es un jugador que nos hace diferentes”.
Escribá valoró las cualidades de La Ponferradina, las virtudes de un equipo ordenado, hecho a la medida exacta de la categoría. Le pidió a su equipo mayor solidez, mientras desea en silencio que el mercado traiga grandes soluciones sobre la bocina. Hasta entonces, Escribá dejó clara una premisa: solo importa el mañana.