Fran Escribá festejó ante el Ibiza su primera victoria. Tuvo que enfrentarse dos veces al colista y adelantarse en dos descuentos consecutivos para ganar. Bermejo marcó entonces, en uno de esos goles que mezclan el simbolismo y la suerte. La victoria tuvo en esta ocasión muchos padres. Sergio Bermejo fue, por fin, el mejor discípulo de Escribá, Francho Serrano cambió el panorama, Manu Molina consiguió el perdón a través del juego y Eugeni Valderrama puso el balón definitivo.
El técnico ha destacado en sus ruedas de prensa la entrada de su equipo a los partidos. Y hay algo de cierto en esa lectura, por mucho que el Zaragoza se haya caído en las siguientes fases del juego. Los defectos se mantienen: cada golpe del rival resulta definitivo; a balón parado y en la defensa global de las jugadas. El sistema defensivo tiene demasiados puntos de fuga, lagunas que van desde Ratón a Lluís López y acabaron también en Nieto. El canterano necesita regularidad para recuperar también la confianza en sí mismo, para volver a controlar los duelos y recortar distancias con Gabi Fuentes.
La entrada de Francho Serrano cambió el guión del encuentro. Si en su etapa de formación fue un jugador posicional, ahora su juego se construye a la carrera. Frente al Ibiza desordenó el partido, probó el disparo desde la distancia y ganó espacios que para otros están perdidos. Ese testigo lo tomó en la segunda mitad Manu Molina, para darle agilidad al juego y fluidez a los ataques. Si en el aire reinó Jair, Molina llevó la pauta a ras de suelo.
El partido estaba para un arrebato o una locura. Y allí, en el segundo de los descuentos, Eugeni Valderrrama encontró a Bermejo. El madrileño decidió con el mejor de todos sus resbalones. Escribá le busca en los partidos, como ese padre que sonríe en silencio ante los destellos de su hijo. Ha intuido que, a grandes rasgos, el juego del Zaragoza es o Bermejo o la nada.
Ganó el Zaragoza y celebró Escribá, ante el espejo de Lucas Alcaraz, uno de los peores interinos del banquillo zaragocista. En los apuntes de la victoria están localizados ahora los intérpretes, la agonía y la suerte.