ZARAGOZA | Alejandro Francés necesitaba un partido como el que jugó ante el Leganés para recuperar la confianza. Hábil en el registro posicional, concentrado en todos los enfrentamientos, Francés volvió a ser un jugador dominante desde la defensa. Sus números en el partido demuestran su crecimiento: ganador de las disputas (venció en el 67 % de los duelos), tuvo un alto porcentaje de acierto en los pases (81 %) y dejó la poderosa sensación de que nadie anticipa como él.
El castigo de Escribá se acabó en La Romareda y el canterano respondió con personalidad. Lo hizo además ante el Leganés, un rival simbólico para él: en Butarque había quedado más señalado que nunca por sus errores. Tres meses después, guardó la marca de Juan Muñoz y fue el salvavidas ideal en los peores momentos, la mejor de todas las resistencias. Y si había sido un mero espectador de los últimas dos porterías a cero, tuvo un lugar protagonista en la tercera. Incluso desde un sitio circunstancial en el gol que lo cambió todo.
Alejandro Francés y una historia inolvidable
Las referencias a Diego Armando Maradona son eternas. No acaban ni en el fútbol ni en Argentina. Los goles, labrados en jugada individual, con muchos rivales sobre el camino, poseen un guiño inevitable al 10. Las redes sociales lo han mostrado en estos días, donde el perfil oficial del Real Zaragoza le copió la patente a una conocida cuenta de twitter zaragocista: Avispa Almogávar.
Para ilustrar la imagen del tanto más maradoniano de Giuliano Simeone, ambas cuentas usaron la narración de Víctor Hugo Morales en el gol más célebre de este deporte. Cuando Maradona dejó “en el camino a tanto inglés”, no supo que casi 37 años más tarde, uno de sus compatriotas trataría de imitarle en La Romareda. Simeone lo hizo a su manera: en una carrera a ciegas, con ese alma de hincha que también juega el fútbol. Y todo partió de un pase entre líneas de Alejandro Francés.
Ese partido de cuartos de final de México 86 es un lugar al que al fútbol siempre le gusta volver. Una cita célebre hizo que el asistente de aquel gol fuera recordado para la posteridad. Héctor Enrique le sirvió un balón a Diego que no iba a ninguna parte y que Maradona convirtió en la carrera de todos los tiempos. Enrique, irónico, dejó una frase memorable al terminar el encuentro: “Si no marcaba gol con el pase que le di, era para matarlo”.
Está por ver si Alejandro Francés demanda su cuota de responsabilidad en el tanto que marcó Simeone más tarde. Pero mientras tanto, en el fútbol y en el juego, ha escogido la pista que su equipo necesita. Concentrado, tenso, humilde y veloz, frente al Leganés el canterano logró una victoria estratégica. Superó la reprimenda de Escribá y consiguió ser el mismo jugador que, en el fondo, ha sido siempre.