Francés y Jair, Jair y Francés. Uno zurdo, el otro diestro. Uno veterano, el otro recién salido del cascarón. Diferentes pero iguales; condenados a estar unidos en el centro de la zaga zaragocista. Una pareja enamorada, pero sobre todo de las que enamoran. Y no a pocos. No hay maño que no sepa cuáles son los dos centrales titulares del Real Zaragoza. Tampoco hay blanquillo que no sueñe con que los dos estén en cada alineación la próxima temporada.
Lo cierto es que hace mucho que no se recitaba una dupla de centrales con tanta facilidad por aquellos que suelen merodear La Romareda cada fin de semana.
Los tópicos dicen que para triunfar en la Segunda División, o mejor dicho, para acercarse al éxito en Segunda, es necesario dominar las dos áreas; la propia y la contraria. Si bien el Real Zaragoza no ha sido capaz de hacerlo en la segunda, en la suya se ha acercado al notable -muy- alto en algunas fases de la temporada. Justo cuando Francés y Jair se echaban una mano el uno al otro.
Junto a Cristian, y en menor medida, Chavarría y Gámez, esta temporada se ha logrado establecer un clima de tranquilidad cada vez que el balón llegaba a meta propia en pies del contrincante.
Es cierto que, en conjunto, las estadísticas no refrendan estas sensaciones. La pasada temporada, por hacernos una idea, se encajó menos (43 goles). Aunque también es verdad que se jugaba a otro fútbol y que por momentos se llegaron a alinear hasta a cinco futbolistas en la parte de atrás. En el contexto del periplo en Segunda, ha sido una temporada de mitad de tabla en cuanto a encajar se refiere. Pero sin embargo, se ha visto que la consistencia ofrecida por Francés y Jair es una buena base para construir el Real Zaragoza de la próxima campaña.
Mariscal Francés
Quizá sea el primer curso en el que el Real Zaragoza no esté necesitado de dinero. Se ha visto con las renovaciones de Azón y de Francho, que sin duda en otros tiempos y circunstancias hubieran sido carne de venta.
¿Francés? Más de lo mismo. Corría el mes de enero, aproximadamente, y ya se empezaba a hablar de su posible traspaso a equipos como el Sevilla, cuyo interés se relacionó debido a la posible estampida de defensores que se iba a proceder en el equipo andaluz. Sin embargo, la entrada de nuevo capital ha posibilitado los avances en su renovación, blindando al central, mejorando su contrato, y asegurándose al internacional sub-21 al menos una temporada más.
Su antigua cláusula se situaba entorno a los 10 millones de euros en Segunda División, y 20 en La Liga Santander. Una cifra que se supone que aumentará teniendo en cuenta el rendimiento inmediato que ofrece, y la apuesta de futuro que supone tenerle en la plantilla.
Su mejoría defensiva, y sus destacados avances con el balón rompiendo líneas rivales, son armas que el Real Zaragoza de la 22-23 debe aprovechar en una posición que -recordemos- para nada preocupa al graderío de La Romareda.
Jair, un veterano con mercado
No se esperaban a priori ofertas formales por Jair Amador. Al menos tantas como las que ha recibido. Pero es indudable que el buen nivel del veterano ha despertado el interés de varios clubes dispuestos a aumentar apetitosamente su salario.
Sin embargo, el Real Zaragoza comunicó al central su condición de ser intransferible este mercado de verano. Su salida causaría un quebradero de cabeza para Carcedo. Se tendría que buscar un central que ofreciese el mismo rendimiento inmediato. Ya que Jairo Quinteros es algo más parecido a un experimento, y Lluís López debería mejorar sus prestaciones para mostrar la misma fiabilidad que el del portugués.
Con contrato hasta 2023, no se han oído rumores de una posible renovación por el bueno de Jair, que con un sueldo que ronda los 300.000 euros, quizá esté pensando en una opción más exótica para el final de su carrera. El AEK de Atenas y el Maccabi están al acecho.
Lo que funciona no se toca. Y aquí, la defensa del Real Zaragoza es buen ejemplo.