Francho Serrano Gracia fue la nota positiva del partido de ayer del Real Zaragoza. El fútbol es caprichoso y cuando menos te lo esperas te brinda la oportunidad para demostrar todo aquello por lo que trabajaste durante tanto tiempo. Así pues, Francho se convierte en el primer canterano en debutar oficialmente con Rubén Baraja en una temporada necesitada de incentivos y nuevas esperanzas.
La camada de canteranos campeones de España en el 2019 empieza, poco a poco, a llamar a la puerta del primer equipo. Primero fue Alejandro Francés y Andrés Borge, y ayer fue el turno de Francho Serrano. El futbolista aragonés cumplió así el sueño que lleva persiguiendo tantos años desde que entrase en la Ciudad Deportiva con 11 años. La cantera, que había perdido algo de protagonismo en los últimos tiempos, vuelve a cobrar importancia en la idiosincracia del primer equipo maño.
La entrada de Francho era una de los cambios que más demandaba la afición zaragocista. El mal rendimiento de Eguaras unido a la escasa creatividad y determinación en la medular del Zaragoza pedía de sabia nueva en esa zona. Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Al Real Zaragoza se le cerró el portal del buen rendimiento de Íñigo Eguaras, pero se le ha abierto un ventanal con vistas a proyecto de jugadorazo.
Presencia en el centro del campo
Francho Serrano cuajó ayer un partido muy serio para ser su primera vez en el fútbol profesional. Junto al capitán Javi Ros en el doble pivote, el joven canterano maño desplegó su fútbol por toda la franja central. Su protagonismo fue en aumento gracias a un inicio seguro tanto en pases como en movimientos. No fallar fue su premisa durante los primeros minutos. Después, una vez más asentado sobre el césped del municipal, Francho expandió su figura y participó más en la elaboración apareciendo en muchas zonas del campo.
El canterano de 19 años completó los 90 minutos frente al Mallorca. Sus estadísticas hablan de un partido bastante aseado con un 87% de acierto en el pase, 3 recuperaciones y un disparo peligroso sobre la meta de Manolo Reina.
Está claro que el sistema de Rubén Baraja no potencia a la mayoría de sus jugadores. El 4-4-2 utilizado por el técnico vallisoletano desprotege al doble pivote a la vez que le priva de contar con un tercer hombre en el centro del campo que actúe como enlace con la delantera. Francho viene de un fútbol más dinámico y ofensivo en el juvenil y el filial, y en este Real Zaragoza prima, ante todo, la defensa en bloque. No por ello significa que Francho no pueda adaptarse a esta forma de jugar; tiene calidad y desparpajo de sobra para hacerlo le pongan donde le pongan. Y ayer lo demostró.
El romanticismo que rodea a las primeras veces no significa que estas sean siempre las mejores. El austero empate de ayer unido a la falta de público en las gradas descafeinaron el debut de Francho con la elástica blanquilla. Lo que está claro es que el canterano tiene mimbres de jugador profesional y, desde luego, no desentona para nada en la plantilla de Baraja. La paciencia y la confianza en este tipo de jugadores es vital para su desarrollo como futbolistas. Francho Serrano tiene mucho que decir y muchas alegrías que dar al Real Zaragoza.