El Real Zaragoza demostró una vez más en Oviedo su espíritu competitivo y su poder de sacrificio, sin rendirse nunca ante los peores panoramas posibles. Sin embargo un punto ante un Oviedo colista, que solo tiene en Ortuño un argumento de peso para ganar, no es suficiente.
Los blanquillos firmaron su partido más impreciso en el centro del campo y los errores defensivos volvieron a florecer después de semanas donde la seguridad en la zaga había sido uno de los principales puntos fuertes de los zaragocistas. Víctor Fernández no tuvo claro el esquema con el que jugar y esa falta de claridad nubló el juego zaragocista desde el minuto uno.
A pesar de convocar a más centrales de los habituales y dar pistas de jugar con 5 defensas, Víctor optó finalmente por mantener el rombo de las últimas semanas con Guti en lugar de Igbekeme y Delmás sustituyendo a Vigaray en el lateral derecho. Precisamente por esta zona del campo, llego el 1 a 0 nada más comenzar el partido con un error en cadena de Delmas y Grippo.
Kagawa y Suárez lucen ante las sombras de Ros y Eguaras
El Zaragoza tardo en reaccionar, viéndose por primera vez está temporada por detrás en el marcador. Ros y Eguaras no estuvieron inspirados en el centro del campo, abusando de los pases horizontales y estando muy lentos avanzando con el balón. Hasta 26 balones se perdieron en un centro del campo lento y con poco dinamismo.
Los destellos de Kagawa y Suárez causaron cierta inquietud en la meta rival. Y así, el propio Suárez forzó un penalti que el mismo transformó al filo del descanso. Con el 1 a 1 se afrontaban los 45 minutos finales.
De penalti a penalti. Así se pasó del empate al 2 a 1. El VAR, de manera inexplicable, decidió revisar una supuesta falta zaragocista en el área cuando ningún jugador del Oviedo había protestado por ello. Ortuño se encargó de poner otra vez por delante a los asturianos.
Cambio de sistema como plan B
De nuevo el Real Zaragoza se mostró perdido ante la derrota momentánea. Los errores regresaron y Víctor cambió de jugadores y de sistema. Álex Blanco y Pombo entraron por Eguaras y Dwamena para formar con un 4-2-3-1 con Guti y Ros en el doble pivote y Suárez cómo referencia arriba.
El ataque zaragocista tuvo su premio como consecuencia directa de los errores defensivos del Oviedo. Tras un resbalón de la zaga asturiana, Pombo asistió a Suárez para que el colombiano lograra el empate a dos y sumara su sexto gol de la temporada.
Un empate que sabe a poco y que demuestra que este Real Zaragoza aún debe recorrer un largo camino para consolidarse como firme candidato al ascenso. Sin algunos titulares claros a su mejor nivel y con dudas en el sistema a utilizar, el Real Zaragoza no tuvo un plan B con el que imponerse al colista. Málaga y Cádiz deben ser rivales de gran nivel ante los que recuperar la mejor versión blanquilla.