El Real Zaragoza se mide al Villarreal B en El Estadio de la Cerámica, en uno de esos partidos engañosos, que pueblan una liga llena de minas. El equipo de Fran Escribá afronta su primer desplazamiento en la segunda vuelta con más dudas que certezas, más cerca del peligro que de la ilusión. En el otro lado del ring, aparece un filial lleno de fútbol y de un juego que se mide sin complejos. Miguel Álvarez es el típico técnico que enriquece este deporte, un veterano de esta historia, capaz de entender el talento y de darle un lugar en la élite.
El Real Zaragoza llega con bajas sensibles, sancionados Grau y López y con la ausencia más dolorosa, la de su mejor futbolista. Giuliano Simeone busca a Iván Azón, pero no se encuentran en el curso, alejado en este caso el argentino por una lesión en la zona lumbar. Azón dejó buenas sensaciones en su regreso, pero está por ver si el canterano puede ser el dueño de todas las cosas en este Zaragoza. No sé sabe si desde la titularidad puede ocupar ese lugar que Simeone se ha ganado a pulso con todas las anteriores. Vuelve también Valentín Vada y se situará en el lugar de Eugeni, en busca de socios para atacar y también para ganar.
El equipo de Fran Escribá, mejor desde la llegada de su nuevo técnico, cuenta más empates y derrotas que victorias en el camino (6 triunfos, 8 tablas y 8 derrotas). Enfrente estará un Villarreal B que ha dejado atrás en el fútbol la fama que se le suele otorgar a los filiales. Hace tiempo que la lucha del Real Zaragoza se aleja de las primeras espadas y es un signo de la historia que el equipo aragonés tenga que sufrir para ganar a cualquiera, también a los segundos equipos. La victoria sobre la bocina de la primera vuelta sirve como el mejor de todos los reflejos.
Juan Carlos Cordero lidera el proyecto desde los despachos y de forma extraoficial eligió el fichaje de Tomás Alarcón. El chileno se hizo y se rehízo en su estreno en La Romareda y parece el acompañante ideal para Francho Serrano, en un equipo que quiere correr mucho más de lo que puede jugar. En la zaga regresará Alejandro Francés, sancionado tras su pecado de juventud en Butarque. Francés está en la edad exacta en la que uno puede equivocarse y en la que los errores sirven para aprender.
Si alguna virtud ha distinguido a Fran Escribá desde su llegada es su naturalidad, la sensatez en todos sus dibujos. El técnico valenciano eligió siempre la opción más lógica para sus alineaciones y cuesta pensar que el duelo ante el Villarreal pueda ser distinto. Por mucho que haya anunciado en la previa del duelo que el 4-4-2 no vaya a ser inamovible.
Por su parte, Miguel Álvarez recupera para la cita a una de sus piezas más estratégicas. Carlo Adriano, mediocampista total, volverá a ser el testigo perfecto de todas sus órdenes. También ha logrado repescar a Álex Millán, uno de esos delanteros que están hechos para marcar las diferencias. Zaragozano y zaragocista, a la afición le duele no haber disfrutado de sus cualidades del mismo modo que los intentos por repescarle siempre hayan sido en balde.
El peligro vuelve a acechar al Zaragoza y lo que podría ser un partido rutinario se convierte en algo parecido a una prueba definitiva. Sin regate, huérfano en ataque y en el fútbol, el grupo de Escribá se mide a una de las canteras más fértiles del fútbol español. Si Villarreal fue la salida natural de muchos jugadores formados en La Ciudad Deportiva aragonesa, la competición ofrece una revancha muy simbólica, un lugar para la justicia poética.
En las pruebas finales de Segunda División también hay un espacio para los filiales. El Zaragoza quiere aprovechar en La Cerámica una de las mil vidas que ofrece la competición.
Posibles alineaciones:
Villarreal B FC: Iker Álvarez; Leal, Dela, Íñiguez, Tosende; Haissem Hassan, Carlo Adriano, Del Moral, Lozano; Collado y Álex Millán.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Alejandro Francés, Jair Amador, Carlos Nieto; Gaizka Larrazabal, Tomás Alarcón, Francho Serrano, Valentín Vada; Víctor Mollejo e Iván Azón.