Partamos de la base y recordemos, que el fútbol es lo más importante de las cosas que realmente no tienen importancia. Parados en este punto, los egos en el fútbol cobran una importancia brutal: están los que se creen superiores, estrellas, en parte porque lo son, en parte porque les hacen creer que lo son.
Estos tipos piensan que no hay nadie mejor que ellos, que quienes no les aplauden son los malos y los enemigos. De estos en Huesca hay unos cuantos y no es cuestión de dar nombres ahora. A algunos se les ve venir desde el principio pero a otros, como es el caso de David Morillas, sorprende que actúen de una forma tan desmesurada y esperpéntica.
Porque Morillas, que tiene todo el derecho del mundo a creerse un lateral con galones para la Segunda División, primero debe demostrarlo para que al menos los que no pensamos como él cambiemos nuestra opinión.
Hay algunos que llevan muy bien ser cabeza de ratón, jugar 44 partidos en una temporada, ser indiscutibles e insustituibles, Morillas y 10 más. Pero con el salto de categoría aumentó doble o triple de la exigencia por parte de los rivales, y sin que el técnico te asegure el puesto, pasas a ser cola de león y eso ya no se digiere tan bien.
Morillas tuvo oportunidades tanto con Tevenet como con Anquela y mostró que en su puesto de lateral zurdo, los rivales le ganaban la espalda con facilidad pasmosa y no fue flor de un partido en concreto. Poner tres buenos centros que acabaron en gol no son a mi juicio crédito suficiente para que se le colgara el cartel de lateral titular, y Cristian Fernández primero,y César Soriano después le adelantaron sin esfuerzos.
Después, el papelón que él o su representante han hecho en pretemporada es digno de las obras de teatro de Valle-Inclán. Esperpéntico a más no poder, con engaños fáciles de descubrir como sufrió el Almería en sus propias carnes y que culminaron con la “gloriosa y genial” actitud hacia sus compañeros de negarse a entrenar el día previo al partido ante el Nástic.
A mi juicio Morillas tiene el ego muy subido o le han convencido de que es algo que al menos en Huesca y en Segunda División no ha demostrado por el momento.
Por suerte, el mundo del fútbol no está poblado sólo por egos del tipo Morillas sino que de vez en cuando te encuentras con gente humilde, discreta, que antepone el colectivo antes que lo personal, que juega, piensa y trabaja en equipo. De estos, que también en Huesca hubo y hay, destaca ahora mismo el nombre de Lalo, quien como futbolista era lo mismo que ahora en los despachos: un tipo discreto, que no llama la atención, que piensa en el colectivo antes que en lo personal y que no saca pecho aunque debiera.
Confesaré que la pasada temporada, ya fuera por la premura con la que la secretaría técnica tuvo que trabajar o por no entender bien algunas decisiones, dudé y critiqué. Ahora no me duelen prendas en decir que más allá de como le salgan las apuestas futbolísticas, el secretario técnico del Huesca va a triunfar con una idea suya, con la que no quiere sacar pecho y es la de no tener jugadores cedidos de otros equipos.
En COPE reconoció que esta idea era cosa de la secretaría técnica, pero sin ánimo de ofender al resto, la idea fue de Lalo y no quiso apuntarse el tanto. Un tipo humilde, un ego escondido, discreto y con buen karma. Y mientras los egos vuelan, entran y salen, el Huesca ha arrancado una temporada ilusionante. Me gusta lo que insinúa aunque desgraciadamente no haya podido concretar. Parece más maduro, con mayores hechuras y sobre todo no comete errores infantiles que le cuestan goles y partidos.
Verdad es que en el último choque un despiste en cada área de forma consecutiva le impidió conseguir una victoria que parecía segura, pero esa solidez, esa sobriedad en el juego hace pensar que las cosas que me desquiciaban la pasada temporada no se van a repetir. Y todo esto sin la llegada ansiada, esperada todavía, de Lluís Sastre que debería sentarle al equipo de lujo. Pero tiempo habrá para hablar de ello sin que mi ego de opinador engorde peligrosamente.
El único ego que no cabe en el globo terráqueo es el del presidente imnipotente(no me refiero a Antonio Recio,mayorista).
Lalo no se apunta ningún tanto porque pinta menos que Pichorras en Pastriz!
De momento,ya jugó Melero por orden del jefe……
Completamente de acuerdo con tu comentario,y añadiría ,jugador sobrevalorado ,en esta categoría no da la talla, me da igual que le vaya bien o mal.
Sergio, coincido muy mucho con lo que dices, pero me sorprende algo lo de Morillas.
No sabía que se negó a entrenar la víspera, y si es así (no lo dudo si tú lo dices!) pues muy mal para él y quienes lo aconsejan.
Está claro, pues, que presionaba para marchar. Lo entiendo, pero no lo comparto. No sé, y me gustaría saber, por cuánto se ha traspasado, porque dejarlo salir a coste 0 no me parece correcto. Él pudo presionar, pero el club también, es cuestión de negociar.
En todo caso, su ambición por jugar me parece lógica. Si en Murcia le han ofrecido que puede hacerlo y mejora sus condiciones, pues bueno. Ahora se verá. Y sí, creo que es mejor atacante que defensor. Es como es y hay que aceptarlo, guste o no. En todo caso, el entrenador es quien decide.
Para mí, como digo en otro comentario, Morillas ha demostrado compromiso con el Huesca y se lo agradezco.