ZARAGOZA | Gabi Fernández ha modificado la escena en dos ruedas de prensa, que no suman más de 16 minutos entre ambas. Su discurso ha sido seguro, convincente, con referencias inevitables a su zaragocismo y también a sus maestros. Del “lo vamos a sacar, que nadie tenga dudas” de su presentación al “mañana va a ir bien, estoy seguro” en la previa. Directo, sonriente y convencido, el técnico ha logrado activar algunas claves perdidas. La necesidad de cambiar la energía, la confianza en una plantilla que es mejor de lo que él ha parecido y la voluntad de recuperar La Romareda.
Realista, ha situado el objetivo de la temporada en la salvación, un sustantivo que la propiedad había evitado a toda costa. Ponerle nombre al peligro, supone aceptarlo y afrontarlo mejor. La derrota del Eldense en El Martínez Valero sirvió para reflejar un cambio de tendencia también en Zaragoza: “Ha sido un alivio, no te voy a engañar, no te voy a decir que no miro la clasificación”. Gabi llegará a su estreno con la posibilidad de alejar a cuatro puntos el descenso, con la opción de alcanzar una tregua en el centro de un incendio. Consciente también de que mañana se juega la primera de las once finales que restan.
Gabi Fernández, el nombre de la salvación
Solo una victoria le dará credibilidad a su mensaje, pero cuesta encontrar dos ruedas de prensa consecutivas tan convincentes como las que ha ofrecido Gabi. En sus respuestas también ha explicado algunas líneas maestras de su juego. La solidez, la necesidad de conseguir un bloque, la intención de ser un equipo con todas las letras: “Tenemos que correr todos como si no hubiera un mañana. Quiero un equipo implicado en todas las facetas, que los atacantes también se esfuercen en defender”.
En su modelo, también cabe una apuesta propia, una intuición de entrenador. Yussif Saidu, protagonista de una curiosa historia, podría debutar ante el Córdoba. De hecho, no se descarta la opción de que sea titular. Con dinamismo y grandes registros físicos, Gabi le ha probado durante la semana también como central. Lo que parece improbable es que su última intervención (“vamos a jugar con cinco defensas: 5-3-2”), sea real real y no una broma. En su idea de reforzar el sistema defensivo, parece más probable que Gabi opte por un doble lateral, en una o en ambas bandas.
Capaz de reunir a la afición, de pacificar el ambiente y de aglutinar la fe de mucha gente, Gabi vivirá mañana su día más importante en los banquillos. Nunca un entrenador novel asumió un reto más complejo. Y nunca nadie pareció más preparado que Gabi para lograrlo.