ZARAGOZA| En La Romareda, el Real Zaragoza salvó en el último suspiro el que podría haber sido el enésimo ejercicio de autodestrucción de la temporada. En poco más de 120 segundos y ante un estadio prácticamente abarrotado, los de Gabi Fernández recibieron dos golpes que mandaron al equipo a la lona. Sin embargo, en una segunda mitad con más fútbol que la primera, Jair y Poussin fueron los encargados de salvar un punto.
Gabi, en la rueda de prensa posterior al encuentro, ha admitido salir con “sabor agridulce”. El conjunto blanquillo comenzó el encuentro siendo más protagonista, realizando una buena puesta en escena. “Hemos hecho 20-25 minutos muy buenos, dominando y con ocasiones”, ha indicado Gabi. Sin embargo, un error desequilibró la balanza a favor de los visitantes: “Con un error individual, los chicos se han desconectado y han pensado en el pasado”.
Uno de los nombres propios del encuentro fue el de Kervin Arriaga. El hondureño, que vio la quinta cartulina amarilla, salió del terreno de juego cojeando, con visibles gestos de dolor. Gabi Fernández ha querido ser cauto y esperar a los resultados de las diferentes pruebas a las que será sometido el centrocampista: “Todavía no lo sabemos, le harán pruebas mañana. Ha sentido un golpe y le molesta la rodilla”. No obstante, el futbolista más destacado no fue otro que Gaetan Poussin. Erró en el primer tanto visitante, pero un potente testarazo salvó los muebles en un hecho casi insólito. “Poussin ha empezado el partido bien, pero tras el error estaba nervioso. Con el gol, parece el héroe. Tiene un compromiso importante”, ha indicado el técnico zaragocista.
La afición, sobresaliente otra vez
Tal y como sucedió ante el CD Mirandés, las más de 20.000 personas que asistieron a La Romareda volvieron a llevar al equipo en volandas. Gabi ha reconocido que “la afición ha vuelto a estar de matrícula de honor. Esto no lo he vivido como jugador en los cuatro años que estuve aquí. han entendido la situación del equipo y gracias a ellos estamos sacándolo adelante”.