ZARAGOZA | La Romareda vivió este sábado una de esas tardes que se recuerdan durante años. El Real Zaragoza rescató un punto ante el Eibar (2-2) en el último suspiro gracias a un gol de cabeza de su portero, Gaëtan Poussin, que subió al remate en un córner y desató la locura. Una acción histórica que sirvió como redención para el propio guardameta, protagonista negativo en el primer tanto visitante. “Ha sido un poco mágico, no me esperaba marcar un gol”, confesó el francés tras el partido, todavía con la adrenalina a flor de piel.
Poussin explicó cómo fue la acción: “Miro al míster y me dice que suba, entonces voy. Sé que a Toni le gusta tirar los córners al primer palo, así que pensé: ‘vale, pues voy como un animal al primer palo’. La pelota me tocó la cabeza… y gol”.
El portero no ocultó su satisfacción por haber ayudado al equipo a rescatar un empate cuando todo parecía perdido. “Ese gol nos da un punto. Después tuvimos dos o tres córners más que casi nos dan la victoria. Creo que este punto nos puede dar mucho, y ahora hay que seguir sumando”.
Sobre su fallo en el primer gol del Eibar, Poussin no se escondió: “No sé si es un fallo, pero puedo hacer mucho más, eso está clarísimo. Pero como soy en la vida, siempre doy la cara. Sigo trabajando, trabajando, trabajando. Y cuando respetas a la gente y haces todo para ayudar al club y a los compañeros, al final te salen las cosas. Hoy me ha salido bien”.
El meta también quiso destacar el papel de la afición, que empujó al equipo incluso con el 0-2 en contra. “Zaragoza nunca se rinde, se ha visto más que nunca hoy. La afición ha estado increíble, animando, gritando… y al final el 2-2 nos da una emoción muy grande”.
Poussin acabó con un mensaje de esperanza para el Real Zaragoza. “Espero que al final de temporada vivamos otra emoción así, que consigamos la salvación y podamos seguir en Segunda. Nos quedan muchos partidos y mucho trabajo por delante, pero este punto puede ser importante”.