ZARAGOZA | Cómo han cambiado las cosas para Gaetan Poussin. En menos de un año, el meta francés ha demostrado que el trabajo y la persistencia pueden con todo. Cuando suena su nombre por megafonía, La Romareda ya no le recibe con música de viento, sino con vítores y cánticos. Es de esperar, pues acumula tres porterías a cero en los primeros cuatro encuentros de la temporada. Sólo ha encajado un tanto, lo que lo convierte en el portero menos goleado de la categoría.
Lo cierto es que la temporada pasada se convirtió en un auténtico calvario para el ex del Burdeos. Tras la primera lesión de Cristian, Poussin se hizo con la portería del equipo maño. Su primera titularidad llegó ante el Sporting, ante el cual estaba cuajando un sólido encuentro, hasta que en el minuto 97 cometió un error impropio de un portero de su nivel. Con 1-2 a favor en el marcador y tras realizar una parada, el guardameta galo quiso patear el balón desde el suelo en vez de con una volea. Sin embargo, no se percató de un importante detalle: no estaba solo en el área. Así, nada más plantar el esférico en el césped, Insua apareció por su espalda y tras robárselo, anotó el gol del empate.
Nada para Poussin volvería a ser lo mismo. Tanto es así que el Real Zaragoza volvió a dejarse remontar un 2-0 en la siguiente jornada, ante el Eibar en La Romareda. El partido acabó 2-3 y el meta francés, que ya había perdido toda su confianza, volvió a cometer graves fallos. A partir de ese momento fue relegado al banquillo. Tras no conseguir encontrarle una salida en el mercado, el guardameta galo apuntaba a ser el tercer portero de Víctor, pero con Cristian aun en la enfermería y tras la lesión de Femenías ante el Cádiz, el fútbol le brindó una segunda oportunidad.
De momento, Poussin está aprovechando sus minutos de una forma inesperada a la vez que espectacular: tres porterías a cero y tan solo un gol en contra en cuatro partidos de Liga. Más allá de los números, el meta francés ha realizado paradas clave en todos los encuentros, sobre todo en Anduva para mantener el 0-0. Fue precisamente en Miranda de Ebro donde entre la afición zaragocista comenzó a resonar un cántico con su nombre. Es increíble cómo, con trabajo y confianza en sí mismo, Poussin ha olvidado esa música de viento que el zaragocismo tocaba al escuchar su nombre, el cual ahora cantan sin parar.