ZARAGOZA | Una de las decisiones más controvertidas de Miguel Ángel Ramírez ha sido sustituir a Gaëtan Poussin por Joan Femenías. El técnico canario ha seguido un camino que también pareció impopular bajo el mando de Víctor Fernández. Los resultados, que no siempre tienen una incidencia directa en todos los cambios, han sido reveladores en este caso concreto: en Liga, el Zaragoza no ha logrado vencer con Femenías.
Gaëtan Poussin y Joan Femenías, balance colectivo
Tras la lesión del portero catalán en Cádiz, Poussin se consolidó en la portería del Real Zaragoza. Superó sus fantasmas y encontró una segunda vida en La Romareda. Desde entonces, Femenías ha participado en siete partidos. Dos de ellos llegaron en Copa del Rey, frente a Hospitalet y Granada, con resultados opuestos. Pero el estudio parece más certero en la competición liguera, donde el Zaragoza nunca logró ganar ni dejar su portería intacta. Empató ante Deportivo de la Coruña y Granada; perdió frente a Eibar, Oviedo y Burgos. En todas esas actuaciones cuesta encontrar fallos garrafales del catalán, pero también parece igual de difícil recordar paradas de gran mérito.
Los argumentos que justificaron los cambios parecieron débiles a todas luces. Víctor Fernández habló de la necesidad de cambiar la dinámica, como si su decisión fuera una suerte de brujería. Miguel Ángel Ramírez validó su apuesta a través de una idea: aumentar la competencia del grupo. Ninguno de los dos razonamientos sirvieron para mejorar al Real Zaragoza, que pareció siempre más débil con Femenías que con Poussin. El portero catalán transmitió mayor inseguridad y menor cohesión con el resto del grupo. En un engranaje frágil como el de la defensa del Real Zaragoza, la desaparición de Poussin ha hecho más vulnerable todavía al equipo.
Gaëtan Poussin y Joan Femenías, los números en la mano
Los números prueban esas impresiones. Para que Poussin encaje un gol, el rival necesita una media de 3’ 08 disparos. En el caso de Femenías, el rival precisa 1’ 89 remates para marcar. El índice de paradas arroja también una diferencia amplia y muy favorable para Gaëtan Poussin. El portero francés detiene el 67´7% de los disparos que recibe, frente al 47% de Femenías.
Un dato del catalán habla por sí solo: Femenías es el portero de toda la Segunda División que menos goles ha evitado. Poussin está en un lugar discreto de esa media, más cerca del tercio bajo, pero mucho mejor situado que su relevo. El porcentaje se traduce también en un número más redondo y visible: los goles encajados por partido. Femenías recibe 1´5 goles por encuentro, mientras Poussin supera por poco el gol por partido (1´13).
La portería, materia sensible
Al margen de que los números admitan paréntesis y claroscuros, las impresiones demuestran que Femenías no ha logrado combatir ningún imposible en el curso. Mientras tanto a Poussin le corresponden fracciones de algunas victorias y momentos en los que llegó a desafiar la lógica. El portero francés le venció a su sombra en este curso y pocas decisiones parecen más extrañas que las que Víctor Fernández y Miguel Ángel Ramírez han compartido en la portería.
En el final de esta comparativa, queda una lectura que reúne el ingenio y la melancolía. La frase le corresponde al periodista Mario Ornat, que improvisó hace unos días un cierre ideal para esta historia: “El Zaragoza tenía 3 porteros y el mejor está retirado”.