Gaizka Larrazabal es el hombre elegido por Lalo Arantegui para culminar un extraño mercado de fichajes en el seno de La Romareda. El futbolista, al que le restaba un año de contrato en San Mamés, ha elegido al club aragonés rechazando así hasta tres ofertas de la categoría de plata (Rayo, Mirandés y Sabadell), queriendo culminar una operación que aún traía consigo algo de miel en los labios, cuando en el invierno de este año, Gaizka Garitano echó marcha atrás un acuerdo que ya estaba en su fase final.
Blanquillo hasta 2023
Gaizka, primogénito del ex-lateral del Athletic Club y actualmente entrenador del Barakaldo, Aitor Larrazabal, será blanquillo hasta junio del 2023. En tintes de contrato, aparece una cláusula en la que el club rojiblanco se guarda una opción de recompra por una cantidad determinada. A cambio de ello, el jugador llega libre, es decir, rescindiendo el año de contrato con la entidad bilbaína, que firmará a Álex Berenguer para cubrir la baja del canterano de Lezama.
Un anhelado deseo de Lalo
El director deportivo del Real Zaragoza pretendió su incorporación en diciembre. Llegó a un acuerdo con el Athletic y el jugador lo haría en condición de cedido y sin opción de compra. Pero Gaizka Garitano no quiso desprenderse de un jugador de la prolífica cantera de Lezama. Ahora, con la llegada de Berenguer y el over-booking del club vasco, no tiene sitio en el primer equipo.
Noveno y último fichaje
El de Larrazabal es el último fichaje, sobre el papel, del club blanquillo en este extraño mercado estival. Es el noveno, tras los de Vuckic, Chavarría, Jair, Bermejo, Adrián, Zanimacchia,’Toro’ Fernández y Narváez. Además, el club ha cerrado en la tarde de hoy la cesión sin opción de compra de Enrique Clemente al Logroñés, con el objetivo de encontrar crecimiento y minutos para uno de los centrales con más proyección del club.
El Real Zaragoza, de esta manera, sólo acudirá al mercado de manera urgente en caso de cerrar la salida, a priori complicada y algo tardía de Giorgi Papunashvilli, cuyos agentes trabajan a contrarreloj para encontrar una cesión sin opción a compra que satisfaga al jugador y al club.