No nos engañemos, disputar en febrero la fase final de Copa del Rey es una quimera. Es cierto que la derrota del Manresa ante el Madrid entra dentro de lo previsible, como también es relativamente factible que el Burgos en su casa se imponga al Joventut. Pero es que eso no vale, tocaría remontar 49 puntos de averague al Manresa y 29 a los de Badalona. Y casi siempre que se afronta un partido pensando en que no hay que ganar, sino en “tengo que ganar de 30”, va a ser mucho más complicado el mero hecho de lograr la victoria. Porque puede generar ansiedad.
Por eso creo que Porfirio Fisac, siguiendo la línea de cordura y mesura que lleva aplicando toda la temporada, no va a decir nada el próximo viernes de que estén pensando en lograr remontar el averague. No deberían hacerlo, y es que simplemente hay que tratar de centrarse con los cinco sentidos en sacar adelante un partido contra un equipo, el Andorra, que tiene mejor plantilla de lo que dice la clasificación. Entre otros, se encuentra el que fuera uno de los artífices de nuestra salvación la temporada pasada, Dylan Ennis. Y lo que tenga que pasar, que pase. Si llega la Copa, bienvenida sea, por supuesto.
Yo firmo terminar la primera vuelta con un balance de 9 victorias y 8 derrotas, es algo formidable, y no entrar en Copa del Rey (obviamente si la jugamos, mejor, no renuncio a nada). No creo que muchos pensaran en septiembre que llegaríamos a estas alturas con opciones coperas (entre los que me incluyo). El objetivo es la salvación, una cota que se ubica en torno a los 11 o 12 triunfos, por lo que ya estaría el 75% del trabajo hecho con tan sólo el 50% del curso transcurrido.
Una victoria ante Andorra, independientemente de lo que hagan Manresa y Badalona, también avivaría el posible sueño del Play Off. Pero cabe señalar un dato respecto a la segunda vuelta del calendario: Los 7 primeros clasificados (Barcelona, Baskonia, Madrid, Unicaja, Tenerife, Valencia y Manresa) deben pasar por el Príncipe Felipe. Ya sabemos que de por sí, ganar fuera de casa para un equipo como el Tecnyconta Zaragoza es complicado, por lo que si encima tiene que recibir a los equipos más poderosos de la categoría, va a tocar sudar mucho para mantener el registro de victorias en torno al 50%.
No jugamos la Copa desde 2015 en Las Palmas, no jugamos el Play Off desde 2014. Es cierto que sería muy bonito repetirlo en 2019, pero ahora mismo no merece la pena pensar en ello sino en únicamente ganar a Andorra sin importar lo que venga después. Ponernos a hacer elucubraciones y ecuaciones de lo que pudiera pasar en otras pistas ya es el primer paso para perder el domingo. Así que mantengámonos todos unidos como está siendo en esta temporada entre equipo, club y afición para que el domingo a las 17.00 horas se respire un gran ambiente que lleve en volandas al equipo. Y soñaremos, sí, pero siempre desde la base de ir este domingo al pabellón y ver ganar a nuestro equipo antes de pensar en incrementar el averague. ¡Aúpa Tecnyconta Zaragoza!