La rodilla izquierda de Gerard Carmona recuerda lo que todo deportista quiere desterrar: la lesión. Hasta tres veces ha pasado por el quirófano y a sus 19 años está cansado de unas cuantas cosas. A saber. Que siempre los periodistas le pregunten por su rodilla, que si está fuerte de cabeza y qué siente ser uno de los junior de oro del balonmano español… hasta que las malditas lesiones de rodilla arruinaron su etiqueta de crack.
Llega a la Asobal para defender el escudo del Bada Huesca con el orgullo de tener la cabeza muy bien puesta sobre los hombros, reconoce que su familia –sus padres Manel y Gemma, y su hermano Adriá- han sido la clave de bóveda para entender su recuperación y viene con ganas de que su nombre acompañe al de los grandes jugadores que han estado en su demarcación. Y es que por ese extremo derecho del BM Huesca han pasado en las últimas temporadas tipos como Saubich, Cuartero, Cartón y Cabanas. Puro caviar.
No hace un mal gesto cuando se le insiste por su rodilla y por el estado de su cabeza. Responde con aplomo. “Si no estuviera fuerte sé que no estaría aquí”, dice. La última vez que se la rompió fue un fatídico 1 de junio, con la selección juvenil, con los compañeros a los que ha visto colgarse el oro en el europeo. Tampoco esconde que el sueño de este barcelonés nacido en marzo de 1997 es jugar con la selección. Ha pasado por todas las categorías inferiores gracias a una muñeca prodigiosa. Es más, en el día de la presentación del equipo, José Francisco Nolasco, su entrenador, afirmó que está llamado a ser uno de los jugadores que más sorprenda a lla parroquia local.
Que tiene hambre por jugar no lo esconde. Se machaca en los entrenamientos y en los ejercicios para fortalecer el tren inferior. “Vengo a aprender, para coger confianza, para disfrutar otra vez con el balonmano”, suelta rápido. Respondió de forma afirmativa a la llamada de José Francisco Nolasco. “Me dijo –añade el jugador- que quería que volviera a disfrutar. A ser feliz”, recalca.
Estudiante de psicología a distancia tiene buenos recuerdos de Víctor Tomás y Albert Rocas con los que llegó a compartir entrenamientos en el Barça, club al que sigue vinculado. Siempre se han interesado por él. Pero si tiene que poner nombre propio a un jugador de referencia cincela el de Juanín García: “Para mí fue un profesor”.