ZARAGOZA | El trabajo duro lleva al éxito. La exigencia a la perfección. Y por eso no hay que conformarse. Germán Valera tiene 21 años, unas cualidades únicas y una carrera prometedora a su alcance. En pleno desarrollo y explosión, le queda camino hasta alcanzar su techo. Uno que espera tocar en La Romareda.
El joven recaló en las filas del Real Zaragoza el pasado agosto, cuando Juan Carlos Cordero ganó la puja (con ayuda de las sinergias) entre muchos rivales que seguían de cerca los pasos del murciano. Equipos de primera como Rayo Vallecano o Granada mostraron interés. También otros equipos grandes de la categoría querían hacerse con sus servicios. Sin embargo, ignoró todas las ofertas y Germán Valera eligió la entidad aragonesa, viendo en ella un escaparate ideal y una oportunidad de oro para crecer. En Zaragoza ha rendido a buen nivel, pero después de 13 jornadas aún no ha llegado a cumplir las expectativas que se tenían sobre él.
Parte de la ilusión con la temporada del Real Zaragoza era gracias a fichajes como el de Germán Valera. Un refuerzo de calidad para la banda derecha que venía de hacer una excelente temporada cedido en el Andorra. Fue una pieza clave en el equipo de Eder Sarabia, donde disputó más de 2.300 minutos. Participó en 38 partidos de liga, anotó 2 goles y dio otras dos asistencias. Sin un gran registro goleador, fue uno de los jugadores más destacados del Principado.
Inicio de temporada
Al futbolista procedente del Atlético de Madrid no le hicieron falta muchos días para adaptarse a los aires del Ebro. Debutó en la primera jornada de liga, aunque entró al verde en los últimos 5 minutos. Tras tres partidos participando desde el banquillo, estrenó titularidad ante el Eldense. Cumplió de sobras. Ante el Racing de Santander materializó su mejor encuentro. Marcó su primer gol y fue el tipo más incisivo del equipo. A partir de ese día, se ha asentado en el once titular de Fran Escribá (salvo en Andorra). En total, ha disputado 684 minutos con la elástica blanquilla, que corresponden a 13 partidos, 8 de ellos como titular.
Falta de regularidad
Germán Valera ha demostrado que es un jugador diferente y que es capaz de cambiar un partido. La Romareda ha visto su talento, no obstante, no ha logrado mantenerlo a lo largo de los encuentros. Un día brilla, pero al otro desaparece su ángel. La regularidad es su debe esta temporada.
En muchos partidos ha sido el futbolista más destacado del Real Zaragoza, al menos, el que más peligro ha creado o el que más llegaba al área rival. Es una pieza imprescindible en el ataque maño, pero eso no quita que haya que pedirle mucho más. Se le pide, porque puede darlo. Se ha dejado llevar por la mala dinámica de la plantilla y no puede relajarse si no quiere perder su posición privilegiada en el once inicial.
Germán hace muchas cosas bien, pero en ocasiones le condenan errores en los últimos metros, que hacen que lleve 9 disparos (1.19 cada 90 minutos) y solo 2 a portería, según datos de Fbref. Un extremo de sus características tiene que aportar mucho más en ese aspecto. El Zaragoza lo necesita. Por otro lado, Valera es el jugador que más regates completa de todo el equipo y el segundo con más duelos (detrás de Azón). En acciones defensivas también ha mostrado compromiso cuando se ha requerido y acumula 8 intercepciones y 47 recuperaciones.
Valera y un futuro en sus manos
Pocos jugadores tienen las virtudes del murciano: desequilibrio, verticalidad, atrevimiento, regate y desborde. Es puro talento y desde pequeño se dejaba ver su proyección.
La promesa del Atlético de Madrid tiene un futuro brillante, aunque conseguirlo está en sus manos. Todavía tiene que explotar y ningún sitio es mejor para ello que el Real Zaragoza. Es su momento.