ZARAGOZA | El Real Zaragoza ha descubierto una receta distinta para la nueva temporada. Negado en el gol durante el curso pasado, Cordero planeó un equipo con recursos distintos. Decidió que la responsabilidad de marcar no recayera solo en los delanteros. Mientras Iván Azón encuentra los remates que le faltan a Sinan Bakis o Sergi Enrich, Maikel Mesa y Toni Moya ya han mostrado que pueden sumar desde la segunda línea.
La pretemporada ha descubierto las condiciones de Maikel Mesa. Elástico, guarda el balón y se desliza, elegante, en busca del gol. Su juego cobra un sentido especial en el área y piensa en el lugar en el que otros se confunden. Cómodo en compañía del nueve, juega al fútbol como un mediocampista y decide como un delantero. Sus tres tantos en pretemporada anticipan un detalle: Cordero no parece haberse equivocado con su fichaje.
Unos metros por detrás, Toni Moya también ha sumado dos dianas en los ensayos. Cordero anunció en su presentación que el mediocampista tiene un golpeo que le hace distinto al resto. Hábil como quarterback, su desplazamiento en largo le da un sentido distinto al juego. Capaz de agilizar los ataques, es dinámico en el pase y casi nunca le sobra un toque. Su gol de falta ante el Reims le sitúa como el dueño del balón parado, como el mejor de todos los especialistas.
Mientras Bakis y Enrich se adaptan a un contexto diferente, el Zaragoza descubre que los goles pueden llegar desde su línea de creación. Francho Serrano también busca cerrar todas las jugadas que empieza y Fran Escribá recuperará pronto la zurda de Bermejo. Mientras tanto, Maikel Mesa y Toni Moya suman en una tarea que ya no se les asigna a unos pocos. Cordero quiere que se cumpla una de sus primeras intenciones: que los goles del Real Zaragoza tengan muchos nombres.