Bilbao será la segunda ciudad española en recibir al Huesca y a sus aficionados en Primera División. Este próximo lunes, los altoaragoneses jugarán en uno de los escenarios más emblemáticos del fútbol español, un estadio lleno de magia, noches de gloria y partidos históricos. Un campo moderno, uno de los más nuevos de España y Europa, pero que mantiene esa aura de fútbol del siglo XX gracias a una afición experta en fútbol que no duda en apoyar a su equipo en cualquier instante. Sí, efectivamente, el Huesca buscará la segunda victoria de la temporada en el San Mamés.
Y es que no solo el fútbol será este fin de semana el único atractivo de la capital vasca, si no que desde el pasado 18 y hasta el próximo domingo 26 Bilbao está en fiestas, un atractivo más para desplazarse a una ciudad que ya de por si cuenta con infinitas posibilidades de disfrute.
Pero volviendo a todo lo relacionado con el balompié, Bilbao es una de las ciudades con más tradición futbolística de Europa. Solo basta con conocer el apodo de su estadio: La Catedral. Junto a la ría de Bilbao, en la calle Rafael Moreno Pitxitxi, descansa el templo bilbaíno, exactamente sobre el mismo suelo que lo hacía el Viejo San Mamés. Con una capacidad para algo más de 53.000 personas e inaugurado en el año 2013, el Nuevo San Mamés dispone de uno de los museos más especiales y laureados del fútbol español.
Con el objetivo de recrear hacer “revivir a los viejos socios y socias los hitos pasados que vivieron en persona, y también cautivar a los jóvenes con la recreación de las gestas rojiblancas que tan solo conocían de oídas”, el visitante es capaz de descubrir equipaciones, momentos, jugadores y hazañas y de ver los títulos conquistados en un horario abierto prácticamente durante todo el día. Además, con el tour se pueden visitar el césped, las zonas VIP, la sala de prensa o los vestuarios.
Otro símbolo con el que los aficionados podrán fotografiarse para la posteridad es con el busto a Pichichi. Rafael Moreno Aranzadi, conocido como Pichichi, fue un legendario jugador del Athletic de Bilbao de principios del siglo XX, autor de 80 goles en los 86 partidos que vistió la elástica vizcaína a lo largo de sus 10 temporadas.
El 1 de marzo de 1922 y con tan solo 30 años Pichichi falleció a costa de la fiebre tifoidea provocada por el consumo de ostras contaminadas. En busca de cómo poder homenajear a su leyenda, el Athletic colocó un busto suyo en la grada de la Misericordia de San Mamés el 8 de diciembre de 1926. Ahora y desde la construcción del nuevo estadio, este se encuentra en la salida de vestuarios. Así, los capitanes de todos los equipos que pisan por primera vez el estadio bilbaíno hacen una ofrenda floral en honor a su figura. Este lunes le tocará el turno a Melero y al Huesca.
Mientras, a las afueras de la ciudad se encuentra la ciudad deportiva de Lezama, el lugar desde el que el Athletic Club es capaz de sacar futbolistas de manera ininterrumpida.
El Ayuntamiento, la Virgen de la Begoña y la Gabarra
Las 3 patas fundamentales de cualquier celebración del Athletic. El paso institucional por el Ayuntamiento vizcaíno, la ofrenda a la Virgen de Nuestra Señora de Begoña, patrona de Bizcaia desde 1903, y el viaje por la Ría de Bilbao son el abecé de casi cualquier celebración de la entidad blanquirroja.
A poco más de 2 kilómetros de distancia de San Mamés y cruzando la ría se encuentra primero el Ayuntamiento de Bilbao, situado en un edificio inaugurado a finales del siglo XIX, y después la basílica de la Begoña, en el barrio que lleva el nombre de esta Virgen. Esas dos, junto a la Diputación, son las primeras paradas en una celebración del Athletic, sin embargo, distan mucho de ser las más concurridas.
Una vez los jugadores llegan a la ría de Bilbao, se suben a la gabarra y se desatan toda la euforia en un recorrido naval rodeado cientos de miles de aficionados. Desde las Arenas de Getxo hasta el Ayuntamiento, los futbolistas pudieron disfrutar del apoyo masivo de su afición mientras festejaban los títulos conseguidos en los años 1983 y 1984. Hoy en día, la Gabarra del Athletic, como se conoce popularmente, descansa en el Museo Marítimo de Bilbao, situado al lado de San Mamés.
Jolgorio en los exteriores del estadio
Disfrutar de la gastronomía y vivir el ambiente de fútbol en primera persona. Esa es la combinación que ofrece al visitante la calle Licenciado Pozas de Bilbao. Vestida de rojiblanco y respirando fútbol, en cada taberna de esta calle el Athletic es el tema má
s recurrente en la conversación de los viandantes. Los días de partido se engalana y se pone bella para recibir a la infinitud de aficionados que matan las horas previas al encuentro hablando de fútbol mientras los pinchos, la cerveza y los refrescos lucen en cada tasca.
Los lemas de muchos de los bares de esa calle solo tienen dos palabras: pinchos y Athletic. Nada más. Así que el aficionado oscense que se desplace a Bilbao para ver el partido deberá de pasar por estos bares en las que disfrutar de pinchos calientes y fríos, de carne y de pescado, más grandes y más pequeños, pero con el denominador común de la calidad y la fama que tiene la gastronomía vasca.
El museo Guggenheim, el puente Bizcaia y mucho más
Porque Bilbao no solo es fútbol. Los casi 400 kilómetros que separan Huesca de Bilbao deberían servir también para que el aficionado oscense visite otros monumentos con los que recordar todavía más el viaje. Desde el museo Guggenheim de Bilbao, uno de los mejores de España, hasta el puente Colgante o puente de Bizkaia pasando por la Catedral, el teatro Arriaga o el Mirador de Artxanda, todos son opciones ideales con las que amenizar la espera hasta el lunes a las 22.00, momento en que el Huesca podrá saborear uno de los mejores ambientes, para muchos el mejor, del fútbol español.