Después de dos partidos en El Alcoraz en los que el Huesca no ha logrado puntuar le toca viajar al conjunto azulgrana a la capital de España, donde a las afueras, en el barrio de San Blas, espera el fortín del Atlético de Madrid. Tras el Camp Nou, el martes el Huesca jugará por primera vez ante el club rojiblanco en un partido que, sin duda, será especial para la afición que se desplace al Wanda Metropolitano.
Y es que Madrid está plagada de lugares de culto futbolístico, aunque en esta guía solo interesan aquellos en los que el Atlético de Madrid tiene escrita su historia. Estos comienzan en el Wanda Metropolitano y siguen por el Vicente Calderón, presente y pasado reciente de la historia colchonera. Sin embargo, olvidar Neptuno o la céntrica estatua del Oso y el Madroño sería un pecado en la historia rojiblanca.
La modernidad del Wanda Metropolitano
Al final de la línea 7 de metro, colindante con la M-40 en su parte noreste y en pleno barrio de Canillejas se levanta el Wanda Metropolitano. Inaugurado el 16 de septiembre del 2017 en un partido ante el Málaga, el coliseo colchonero es el estadio más moderno no solo de España, sino también de Europa y cuenta con una capacidad cercana a los 70.000 espectadores.
El Atlético ha dejado un campo que deja boquiabierto al visitante tanto dentro como fuera del estadio. Nada más salir de la parada de metro que lleva su nombre, se puede observar la bandera izada más grande de España, ya que 338 metros cuadrados de rayas horizontales rojiblancas con el escudo superpuesto ondean a la velocidad del viento siendo el punto de referencia para la afición atlética. Además, alrededor del campo, a parte de la tienda oficial del club, se encuentra el Paseo de las Leyendas, en el que están puestas las estrellas de todos aquellos jugadores que han vestido 100 o más veces la zamarra rojiblanca.
Asimismo, y antes de entrar al Wanda, también se encuentra el ya famoso lema que tanto promueven y sienten sus aficionados: “Coraje y corazón”. Este, junto a la bandera y al estadio de fondo se convierte en una de las instantáneas que más captura la gente cuando se acerca al Metropolitano. Una figura del Oso y del Madroño, con los nombres de los 5 estadios por los que ha pasado el Atleti, también se encuentra en los exteriores.
Hacer el tour del Wanda es una experiencia adicional que repasa la historia del club y te permite sentirte como si fueras un futbolista profesional. La sala de prensa o las zonas más exclusivas del estadio complementan el apartado futbolístico, es decir; cuando se entra y se sale del vestuario local, se recorre el pasillo, el túnel de vestuarios y a través de la bocana uno está situado sobre el césped, apreciando la inmensidad de las gradas rojas que rodean el verde e imaginando la presión que pueden llegar a realizar las 67.703 personas que puede albergar el estadio.
La mística del Calderón
“Paseo de los Melancólicos, Manzanares, ¡cuánto te quiero!”. Esa es la letra que creó Joaquín Sabina, uno de los atléticos más ilustres, para el himno del centenario del club. Y es que el Vicente Calderón se encuentra en el paseo de los Melancólicos, a la orilla del río Manzanares que atraviesa Madrid. El que hasta hace una temporada había sido el templo que reunía en días de partido a 54.000 indios sigue siendo un lugar de peregrinaje para el aficionado colchonero.
Entre el 2 de octubre de 1966 y hasta que se disputó la final de Copa del Rey entre el Barcelona y Alavés en mayo del 2017, el Calderón fue el campo donde el Atlético disputaba sus partidos como local y, aunque no se puede entrar a su interior actualmente, sí que se puede seguir visitando por fuera en busca de las últimas fotografías antes de que comience su demolición. Tal y como informó el Ayuntamiento de Madrid se va a construir sobre sus terrenos un parque que se bautizará como Parque Atlético de Madrid.
Ir hasta ahí vale la pena ya no solo por ver el Calderón, sino porque está toda la zona de Madrid Río, un maravilloso espacio por el que caminar a orillas del Manzanares pasando por zonas como el Matadero, si se va dirección Legazpi, o por la parte trasera del Palacio Real, en caso de coger el camino hacia Principe Pío.
Neptuno, un Dios adonde ir a celebrar
Rodeado de museos (El Prado y Thyssen-Bornemisza), de algunos de los mejores hoteles de la capital (Palace y Ritz) y a escasos metros del Retiro, del Congreso de los Diputados, de la estación de Atocha y de la plaza de Cibeles, se levanta la fuente de Neptuno. El Dios de la mitología romana y gobernador de las aguas y de los mares, capaz de cabalgar las olas sobre caballos blancos (conocido como Poseidón en la mitología griega), es el centro de todas las celebraciones atléticas. La última, la Supercopa de Europa conquistada en Tallín el pasado mes de agosto.
La tradición de ir a celebrar los títulos logrados a la fuente de Neptuno se remonta a 1991, cuando el Atlético de Madrid conquistó la Copa del Rey derrotando al Mallorca en la final. Antes, tanto colchoneros como madridistas compartían la Cibeles como lugar de celebración (aunque fueron los aficionados del club del Manzanares y no los de Concha Espina los que empezaron esta costumbre de ir a Cibeles después de ganar un trofeo con la Recopa de 1962), pero tras la década de los 80 en la que el Madrid de la Quinta del Buitre conquistó muchos más títulos que el Atlético se empezó a identificar a la Cibeles con las celebraciones del Real Madrid, dejando de lado a los colchoneros.
Así, viendo que habían sido apartados de su fuente, los aficionados rojiblancos se mudaron unos metros más abajo, a la fuente de Neptuno. Por otra parte, en la Puerta del Sol se encuentra la estatua del Oso y el Madroño, que se puede ver en el escudo del Atlético de Madrid desde 1917, y que también se encuentra en el logo del Ayuntamiento de Madrid. De esta manera, el segundo club más laureado de la capital hace un homenaje a su ciudad.
Con la construcción del Wanda Metropolitano se colocó en los exteriores la réplica del Oso y el Madroño con 5 raíces que significan los 5 estadios en los que el Atlético ha jugado a lo largo de su historia: Campo del Retiro (1903-1913), Campo de O’Donnell (1913-1923), Estadio Metropolitano (1923-1966), Estadio Vicente Calderón (1966-2017) y Wanda Metropolitano.
El cocido como rey gastronómico
Aunque el cocido madrileño se erige por encima del resto como el plato típico por excelencia de la capital, Madrid cuenta con restaurantes de comida tradicional o de platos más exóticos, modernos e innovadores para que todo tipo de personas puedan degustar sus recetas favoritas.
En cuanto a comida tradicional y con una gran afluencia de clientes en sus dos turnos de comida, la Sanabresa, situado junto a la madrileña estación de Antón Martín, es un clásico en la comida madrileña. En el barrio de Malasaña o en la zona de Lavapiés y Huertas hay multitud de bares para tapear en busca de probar varios platos en una ruta gastronómica.