Seguramente Vitoria sea la ciudad a nivel nacional que más respira baloncesto, la cultura del Baskonia y su carácter sobre la pista está instalado en cada esquina de la ciudad. Sin embargo, el Deportivo Alavés es la otra gran pasión de los habitantes de la coqueta capital vasca. Ya sea en el trayecto a la final de la Copa de la UEFA del año 2001 como en Primera, Segunda o Segunda ‘B’, siempre ha existido un denominador común llamado Mendizorroza, un estadio con una afición fiel, caliente y repleta de matices ochenteros. Y es ahí precisamente donde el Huesca va a disputar una nueva jornada liguera, y lo hará acompañado de unos 600 seguidores azulgranas.
Los oscenses que viajen a Vitoria van a descubrir los secretos de una ciudad de más de 220.000 habitantes que está situada a 265 kilómetros de la capital altoaragonesa. Desde SPORTARAGON.com, como ya viene siendo habitual, se va a desarrollar una nueva guía para facilitar la estancia del aficionado y relacionarle todos los lugares de culto futbolístico con los que cuenta Vitoria.
Mendizorroza, la Meca de la Vitoria del balompié
En los exteriores de la metropoli, construido en abril de 1924 y remodelado un año antes del cambio de siglo, el templo blanquiazul tiene una capacidad para unas 20.000 personas. Actualmente, Mendizorroza puede presumir de ser el tercer estadio más antiguo de la Liga sin cambiar de terreno siendo solo superado por Mestalla (1908) y el Molinón (1923). Sus históricos muros han visto pasar al CD Vitoria y al actual Deportivo Alavés.
Además, y como cualquier gran estadio, Mendizorroza ya cuenta con un tour con el que visitar las zonas más preciadas y sentirse futbolista. En horario de sábado por la mañana, los aficionados desplazados podrán realizarlo por 5 euros. El recorrido transcurre por la zona mixta en la que Abelardo responde a los periodistas, el palco presidencial y su antepalco, el vestuario local y acaba llegando a los banquillos situados sobre el verde.
Así, aquellos que lo deseen podrán conocer por dentro un nuevo campo en el que el Huesca ya ha visitado en varias ocasiones, pero ninguna de ellas en la máxima competición a nivel nacional.
La plaza de la Virgen Blanca, el lugar de la fiesta albiazul
Los ascensos de categoría y los grandes éxitos cosechados por el club albiazul a lo largo de su historia han sido celebrados en la plaza de la Virgen Blanca. Esta plaza, cuya existencia data del siglo XIII, cuando la Vitoria medieval decide crecer en territorio y expandir la muralla, siempre ha sido el centro de reunión y de conciliación del pueblo vitoriano, desde sus inicios como lugar puramente comercial hasta la actualidad, considerada el núcleo más importante del casco histórico y catalogada como el corazón de la capital de Euskadi.
Además de ser el escenario principal de las celebraciones del Alavés, el punto de quedada de miles de vitorianos y el kilómetro cero para aquellos turistas que visitan Vitoria, la plaza de la Virgen Blanca tiene uno de los mayores monumentos que se conservan sobre la Guerra de la Independencia: el que conmemora la decisiva Batalla de Vitoria.
En la misma plaza también se encuentra la iglesia de origen gótico-renacentista de San Miguel Arcángel. A su entrada, el equipo albiazul colocó el escenario donde los jugadores se subieron para celebrar los ascensos con una plaza repleta de gente con bufandas y camisetas blancas y azules. Esta iglesia tiene más de cinco siglos de historia y es desde el 1995 uno de los monumentos histórico-artístico que hay distribuidos por el territorio nacional.
Gastronomía propia y de calidad
La gastronomía vitoriana combina los mariscos y los pescados con productos e ingredientes propios de la zona más interior. Así que comer en la capital de Euskadi no será ningún problema, si no todo lo contrario, una posibilidad real de llevar al paladar nuevos sabores y texturas. Además de la carne y el pescado, las típicas habas vitorianas, que aportan el apodo de ‘babazorro’ al Deportivo Alavés (‘baba’ significa haba y ‘zorro’ saco en vasco), y el popular postre local Goxua deberían de ser dos platos que todo oscense pruebe.
Por todo el centro de la ciudad y el casco medieval los aficionados azulgranas tendrán un amplio abanico de posibilidades para comer los platos tradicionales vitorianos. La exquisitez y el lujo de los restaurantes Zaldiaran y Sagartoki, las tapas y el picoteo del Arkupe o la informalidad y el menú más económico del restaurante Siete solo son algunas de las posibilidades que ofrece Vitoria.