El Real Zaragoza vivió ayer ante el Oviedo una de las noches más negras de su historia, no solo por su concreta humillación, sino porque fue la detonación de una dinámica aterradora que señala a un equipo hundido.
Quien podía esperar que el equipo más firme y regular de los últimos meses en la Liga Smartbank llegara a junio exhausto. Existen un cúmulo de aspectos que pueden esconder el porque de esta desolación. La falta de algunos titulares en varios tramos de esta recta final, el desgaste acumulado de otros, los errores defensivos suicidas, algunos arbitrajes polémicos, la incapacidad de Víctor para alterar el rumbo desde la pizarra, el escaso nivel de los suplentes, o el desplome anímico por todo lo anterior. No obstante nadie sabe a ciencia cierta que le pasa a este equipo. El Real Zaragoza ante el Oviedo fue una calamidad
¿Cambio en el banquillo?
5 derrotas consecutivas en casa y 18 goles encajados en nueve partidos. La situación es tan desesperante que algunos ya apuntan al cambio. Un giro en el banquillo que reviva al equipo desde lo emocional para luego empezar a apuntalar lo futbolístico. Ahora mismo hay futbolistas del Real Zaragoza que piensan demasiado sobre el césped. Algunos con miedo al error sin ser capaces de manejar la presión, otros atenazados, a los que les cuesta reaccionar y por ende parece que van faltos de intensidad, aunque no sea esa la realidad. Por último está el bando de los tendentes al error, a meter el pie cuando no es debido por puro nerviosismo de arreglar un descosido de difícil costura.
Las matemáticas indican que el Real Zaragoza debería jugar play-off (aunque incluso estar entre los seis primeros peligra para esta plantilla). Es una oportunidad jugosa de volver a Primera. Está ahí, al alcance de un play-off siempre abonado a la sorpresa. Y no todos años se llega a esta situación. Un club de tan ajustado presupuesto como el aragonés ya ha demostrado a lo largo de estos años que normalmente tras una oportunidad fallida se necesita al menos un año de transición para volver a encontrar la hoja de ruta.
Ante todo esto es entendible que muchos ya alcen la voz pidiendo el cambio de Víctor Fernández. En una situación normal se haría. Pero… ¿Acaso Víctor Fernández es alguien normal? ¿Acaso una de las figuras más importantes de la historia del Real Zaragoza no merece el crédito suficiente para acabar la temporada? El equipo es suyo, él lo ha llevado hasta esa tercera plaza que aún mantiene. No sé si alguien es capaz de localizar un entrenador en estos siete años que haya dirigido mejor al escudo del león. El Real Zaragoza ha tocado fondo. Como he señalado en el inicio es un equipo hundido. No obstante todavía quedan dos partidos como para enterrarlo. ¿Habrá luz al final del túnel?