El Real Zaragoza consiguió deshacerse con autoridad de la UD Las Palmas en un partido que dominó de principio a fin. Tras una terrible racha de resultados, el equipo de Víctor Fernández tuvo que sacar el carácter y la garra para posteriormente poder desplegar un buen juego. Un Víctor Fernández sabedor de la importancia que tenía el partido y para el que supo motivar sobremanera a sus jugadores. «Lo más importante es recuperar la identidad del grupo, nuestra identificación futbolística y nuestro estilo» decía el técnico aragonés en la previa ante el equipo canario. Y, aunque no de manera brillante, se consiguió. El Real Zaragoza mantuvo su portería a cero y le endosó hasta tres tantos a un rival cuyas opciones de sacar algo positivo de La Romareda se perdieron al cuarto de hora de partido.
Los que nunca fallan
La afición zaragocista tenía muchas, muchísimas ganas de volver a celebrar un triunfo de su equipo. Más aún en el Municipal, donde el equipo maño no había conseguido una victoria desde mediados de septiembre, ante el Extremadura. Y es que, la afición del Real Zaragoza es tan exigente como agradecida con los suyos. Una afición que hasta hace no tanto disfrutaba de su equipo levantando títulos. Pero también una afición maltratada durante una década y que ha visto a su equipo agonizar hasta el punto de ver de cerca la desaparición. De lo más alto a lo más bajo. De la gloria al olvido. Razón por la cual, el público que llena La Romareda cada quince días sólo pide una cosa a los suyos.
Ni siquiera hay que irse muy lejos para encontrarlo. Basta con cantar un par de estrofas del himno del Real Zaragoza para encontrar eso de “la raza en el juego,
nobleza y valor“. Estas son, las únicas actitudes que reclama la afición zaragocista para posteriormente conseguir desarrollar el resto de aptitudes. Porque unas son consecuencia de las otras. El buen juego nunca llega solo. Y menos en una liga donde la igualdad entre primer y último clasificado es máxima. LaLiga Smartbank no perdona y deberíamos saberlo. Son ya siete años.
El calendario no perdona al Real Zaragoza
Tras haber superado el primer tercio de competición, el Real Zaragoza tiene ante sí una oportunidad de distanciarse del resto de equipos de la zona alta. A la UD Las Palmas le siguen Almería, Albacete, Rayo Vallecano, Girona, Deportivo, Racing y Huesca. Casi nada. Un calendario tremendamente exigente, donde se juntan los tres descendidos de Primera División, otros tres equipos cuyo principal objetivo a principio de temporada era el ascenso y el equipo cántabro, necesitado de puntos aunque sobrado de buenas sensaciones. Pero, ¿quién dijo que fuera fácil? ¿Acaso no es LaLiga Smartbank una de las ligas más competitivas de Europa?
Con los tres puntos bajo un brazo y la confianza recuperada bajo el otro, el Real Zaragoza es un equipo nuevo, recuperado de la mala racha y con el apoyo incondicional de su gente. Con el equipo en posiciones de playoff, Víctor Fernández tiene al equipo donde quería a estas alturas de la temporada. Y, pese a que los contratiempos se estén acumulando, el Real Zaragoza parece estar recuperando los efectivos que se perdieron en los últimos meses.
Clemente y Guitián cumplieron con creces y están subiendo el nivel de la zaga. Al igual que Guti y James Igbekeme, que volvieron a ser los mismos que en su día consiguieron sostener a un Zaragoza que se caía a pedazos. También Soro y Papu, que pese a no haber cuajado un buen inicio, parecen ir cogiendo confianza poco a poco. Una confianza de la que va sobrado Luis Suárez, que exhibición tras exhibición está despejando todas las dudas que se crearon tras su fichaje.
El Real Zaragoza será lo que quiera su gente. Y su gente quiere un equipo cargado de ambición y motivación. La afición tiene motivos para creer. Creer en que su equipo va a recuperar la inercia positiva que tuvo al principio del campeonato. Porque ayer se vio la rebeldía de unos jugadores que parecen haberse grabado a fuego aquello de “la raza en el juego, nobleza y valor“.