ZARAGOZA | Casualidad o destino, como quieran llamarlo. Helena Oma, quien llevaba 1 año y 3 meses lesionada tras sufrir una rotura completa de su ligamento cruzado anterior con afectación de menisco interno el 16 noviembre de 2023, volvió a esbozar una sonrisa de oreja a oreja con su vuelta al parqué del Príncipe Felipe. 458 días en los que la jugadora catalana tuvo tiempo de darle vueltas a la cabeza en un periodo dificultoso y complejo. Un tiempo que ya ha pasado y del que ha resurgido luego de haber librado una lucha sin fin con una perseverancia que se puede aplicar para cualquier faceta de la vida.
Una espera que se hizo larga, pero que tuvo su recompensa este pasado domingo, ante Cadí La Seu (81-65), cuando, a falta de dos minutos para concluir el primer cuarto, Carlos Cantero miraba a su banquillo y veía a la alero con una sonrisa de oreja a oreja. Con la piel de gallina y una emoción digna del género thriller, el ‘coach’ madrileño daba la orden y a Helena le tocaba desempolvar las zapatillas, que tantas alegrías pasadas habían dado a la Marea Roja, y volver al ruedo.
Oma, la dorsal ’16’, se lesionó el 16 de noviembre, y volvió a jugar un partido el día 16 de febrero. El deporte y la vida pueden ser caprichosos, pues, ya saben el dicho: El hombre hace planes y Dios se ríe. Pero en esta ocasión, la connotación no pudo ser más positiva y provechosa. Porque si alguien se merecía salir de este calvario que es cualquier lesión, esa era Helena Oma. De hecho, el baloncesto -y su persistencia- le premió al facturar su primera canasta tras 15 meses nada más prácticamente salir a la pista, pues recibía una falta de Mandic y lograba anotar un libre que fue cantado como un gol.
El propio Carlos Cantero no escondía su ilusión y emoción del momento vivido en la rueda de prensa posterior al choque ante Cadí La Seu: “Tenía la carne de gallina en la presentación. Mi ilusión era que hubiera vuelto antes, pero han sido 15 meses. Estoy contento por ese tiro libre y por ella, por el hecho de que ese día haya llegado y poder volver a contar con ella”, puntualizaba orgulloso el técnico madrileño.
Lo mejor para ella está por venir, pues ya está finalizando su recuperación (muy paulatina tras 15 meses, eso sí) y podrá vivir en sus propias carnes el momento más importante de la temporada, con la Copa de la Reina en Zaragoza, la posible Final Six de la Euroliga y los ‘play-offs’ finales por el título de la Liga Femenina Endesa. El baloncesto le debe una a Oma y ya ha empezado a pagarle con la mejor divisa: vuelta a las pistas con una gran dosis de amor y el respeto inapelable de la disciplina.