Luis Alberto Hernando, actual campeón de la Copa del Mundo de Ultrasky, tiene estos días como compañero de entrenos por la Jacetania a Chema Martínez.
Hernando y Chema Martínez descienden la Peña Oroel a buen ritmo.–
La estampa es impresionante. Luis Alberto Hernando y Chema Martínez a la carrera descendiendo la Peña Oroel con la cruz que corona la emblemática cumbre de la Jacetania de perfil y al fondo de la imagen. Dos campeones cosidos por la misma pasión: correr. E igual una premonición: la del paso del gran campeón e atletismo a las carreras por montaña. Experiencia tiene. Alguna cosita ha hecho. En su currículo guarda un quinto puesto en el durísimo Marathon des Sables 2015. Y como dice su amigo Hernando: “Si se pone, que tiemble el misterio”. No es para menos. Entre otros éxitos, oro en los 10.000 del Campeonato de Europa celebrados en Munich (Alemania) 2002, plata en Gotemburgo 2006 (Suecia) sobre la misma distancia.
Con casa en el Valle de Tena, Chema Martínez y Luis Alberto Hernando aprovechan estos días para salir a entrenar. El actual campeón de la Copa del Mundo de Ultrasky tiene claro que Chema cuenta con “motor suficiente” para dedicarse a esta especialidad. Su consejo para dar el salto es dedicarse plenamente a ello, entrenar de forma específica esta modalidad dura y exigente como pocas.
Por lo que respecta a este 2016, Luis Alberto Hernando va perfilando el calendario, seleccionando la participación en las pruebas, tanto en las que organiza la International Skyruning Federation (ISF) como las que dependen de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF). Una de las grandes pruebas donde Hernando ha firmado ya su inscripción es la Western States, en California (Estados Unidos). Con una distancia de 100 millas –unos 161 kilómetros- Hernando ya quiso estar el pasado año en la línea de salida, pero se le pasó la inscripción.
Y en ese descenso de los dos campeones de la Peña Oroel, Hernando cree que ganó él y en la escalada desde el Parador salvando las 33 curvas en zig-zag hasta llegar al collado que enlaza con la cruz “fuimos parejos”, dice Hernando deslizando una sonrisa. Ya se sabe, dos campeones a la carrera siempre tienen ese punto de ver quién es mejor. Sana rivalidad, cosas de la montaña.
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