HUESCA | Antonio Hidalgo se mostró satisfecho y orgulloso por el fútbol que desplegó su equipo contra el Rayo y también concretó que “esto va de ganar”. El Huesca tenía en su mano pasar a octavos de final de la Copa del Rey, y le jugó de tú a tú a un Primera que hace muy bien las cosas. Tuvo sus oportunidades, pero cayó. Eso sí, en la prórroga. Hidalgo quería seguir en la competición. Tras lo visto sobre El Alcoraz reconoció que se le quedó un sabor “amargo” y recalcó sentirse “orgulloso del esfuerzo de sus jugadores y del cómo”. Aseveró en rueda de prensa tras el partido que así se lo dijo en el vestuario; “una derrota cruel”.
El preparador subrayó que hay que recoger lo positivo y recuperar a la gente ante el partido del próximo domingo contra el Sporting de Gijón. Allí está el verdadero cocido de este Huesca. Y ante esa cita dos nombres propios: Joaquín, quee tuvo que retirarse en la primera parte, y Enzo Lombardo, cambiado en el 90 y que dio muestras de problemas musculares. Hidalgo indicó que el malagueño tuvo un golpe por lo que no queda otra que ver la evolución del mismo y sobre Lombardo lo cambió por una “sobrecarga”. Alabó, además, el juego del francés y la importancia de sumar efectivos a la causa.
Insistió en que “tenemos que estar orgullosos de estos chavales” por el juego ofrecido contra todo un Primera y deslizó la necesidad de pulir detalles. Preguntado de forma directa en el Día de los Reyes Magos qué le habían traído fintó con elegancia y es que aún no ha abierto los regalos que le han traído.
Escaso público
Tampoco eludió la escasa presencia de público en las gradas, poco más de 2.600 espectadores. Y si elegante fue Francisco, exHuesca y hoy técnico del Rayo Vallecano, pidiendo la presencia de más aficionados en El Alcoraz, Hidalgo no le anduvo a la zaga. “Necesitamos a la afición. Hoy han venido dosmil y pico y se han notado. Tenemos que estar juntos y dar pasos juntos”, subrayó el preparador del equipo altoaragonés.