HUESCA | Hidalgo dio con la tecla en Anduva y parece que el puzzle del Huesca encaja. El entrenador de Canovelles resolvió tres encrucijadas que sacaron la mejor versión de su equipo en el 0 a 3 cosechado en Anduva. Fortaleció la medular, adelantó a Valentín y mejoró a balón parado. Tres modificaciones que supusieron un éxito rotundo y que deben marcar el camino en lo que queda de temporada. Todo empezó por el nuevo sistema: el 4-1-4-1. Con este dibujo se fortaleció el centro del campo y se encontró un trivote que llegó para quedarse, con Sielva, Kortajarena y Javi Martínez.
En esa medular sorprendió el centrocampista vasco, del que se deshizo en elogios el propio Hidalgo en la sala de prensa. El medio criado en la cantera de la Real Sociedad demostró los motivos que le han traído al Huesca. Ocupó mucho espacio, ofreció llegada y visión de juego. Todo un pulmón para el Huesca que había sufrido en exceso durante las últimas jornadas en el centro del campo. Óscar Sielva había llegado extenuado a los últimos minutos de los partidos y con Kortajarena y Javi Martínez encontró su mejor nivel, con un 97% de acierto en el pase (34 de 35).
Con el nuevo sistema se adelantó la posición de Valentín. El catalán no tiene que llegar hasta la línea defensiva para cubrir los centros laterales. El futbolista de banda derecha estuvo bien protegido por Loureiro, que es un seguro en cualquier posición de la defensa y más todavía en un sitio que es específico para el gallego. Valentín demostró en la primera llegada de los azulgranas que como extremo puede ayudar con goles, que es lo que más necesita el equipo de Hidalgo.
Hidalgo mejoró el balón parado del Huesca
La tercera pata de la mejoría pasaba por el balón parado. El Huesca marcó un gol olímpico y un libre directo. Dos goles a balón parado en un mismo partido. También pudo haber marcado en una clarísima acción de Loureiro, que falló en el área pequeña un gol cantado. A estas tres mejoras se une el factor suerte, que es el que le regaló un balón de gol a Elady Zorrilla. El delantero cedido por el Tenerife se encontró un balón cerca del área, en su intento de asistencia se llevó el rebote y marcó a placer. Una carambola que le permite romper una sequía de más de 400 días sin goles.