HUESCA | La sobresaliente temporada de Antonio Hidalgo en el Huesca ha despertado el interés de varios equipos de Segunda. En Valladolid ha habido medios que han informado del interés de los pucelanos por el entrenador del Huesca y otros lo han desmentido. SPORTARAGÓN adelantó que Hidalgo tendrá contrato si obtiene la permanencia y además este medio ha podido saber que solo saldría del Huesca a cambio de un traspaso. En El Alcoraz están muy contentos con su rendimiento, pero la situación institucional provoca muchas dudas.
El futuro incierto que rodea a la Sociedad Deportiva Huesca no ayuda en la planificación deportiva de la próxima temporada. El cambio de propietario parece seguro, pero se desconoce quien será el dueño del club. Hidalgo ha encontrado en Huesca su lanzadera gracias a unos resultados y unos números muy destacados. En la Fundación Alcoraz manejan unos tiempos en la venta que deberían certificarse durante el mes de abril. La duda es si Hidalgo esperará esos cambios o si aprovechará su buen momento para firmar con un equipo que le garantice un buen proyecto.
Los números de Hidalgo en el Huesca
En 22 partidos ha logrado 33 puntos y sus números defensivos rompen moldes en la categoría, con solo 11 goles encajados (0,5 por partido). Ocho victorias, nueve empates y solo cinco derrotas que le han servido al Huesca para revertir una situación muy complicada. El entrenador de Canovelles llegó a estar a cinco puntos de la permanencia y ahora vive una situación idílica en mitad de tabla. Un entrenador que además se ha ganado el cariño de su vestuario y ha revertido una crisis social que le ha encumbrado a la posición de líder del actual proyecto.
La llegada de Hidalgo al club
Hidalgo abandonó el Sevilla Atlético en Segunda Federación con la temporada en juego para sustituir a Ziganda. El Huesca pudo acceder a él por estar entrenando en un filial. Los oscenses no pudieron pagar el traspaso que le reclamaba el Sevilla y el entrenador asumió de su ficha anual el pago que tenía que realizar el club altoaragonés. Hidalgo quería demostrar su potencial en el fútbol profesional, donde había entrenado al Sabadell. Esa experiencia le dejó un mal sabor de boca, ya que descendió con el club arlequinado. Años después está demostrando que la Segunda División la tiene controlada y es el entrenador de moda.