HUESCA | Hidalgo se va de El Alcoraz con la sensación de que se podía haber llevado el Huesca los tres puntos en juego contra el Espanyol. Y si bien matizó que de sensaciones “se vive poco”, sí que “refuerzan mucho”. El técnico de la SD Huesca se mostró “satisfecho” con el partido y, especialmente, por el “trabajo” de sus jugadores, de los que salieron en el once inicial, de los que entraron a jugar con los cambios y de los que animaron desde el banquillo sin tener minutos; del equipo. Ha dicho que sus jugadores han sido “solidarios” sin el balón y se mostró convencido de que el juego desplegado es el “camino para creer y competir contra cualquiera”.
Futbolisticamente reconoció que hasta el gol de penalti del Espanyol se vio poco sobre el césped de El Alcoraz. “La verdad es que no hubo nada y hubo poco daño”, precisó el entrenador del Huesca. Eso sí, tras ese tanto, que llegó a su juicio tras una falta previa a Jéremy, aunque el árbitro con el que pudo hablar no lo viera así, deslizó que hubo un “estado de locura”. Hidalgo remachó la fortaleza de su equipo por ir contra un equipo poderoso que seguro que va a ir a más con Ramis en el banquillo. El entrenador del Huesca puso el acento en el “carácter de los jugadores y en querer ganar hasta el último segundo del partido”.
Volvió a incidir en que si bien el punto es bueno, lo que necesita su equipo es ganar, sumar los tres puntos en juego de cada partido. Ahora mismo encadena tres encuentros sin perder y lo achaca al trabajo, a que mentalmente sus jugadores cada vez está mejor, a ir encontrando sus posiciones sobre el campo y a la solidez defensiva que ya estaba.
Ahora, las miradas se dirigen hacia la próxima cita: el derbi contra el Zaragoza. Los dos equipos llegan con dinámicas distintas, pero Hidalgo que ya tiene una mochila cargada de encuentros así es consciente de que eso da igual. “El Zaragoza tiene una plantilla, brutal, y una masa social brutal”, afirmó.
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