HUESCA | Antonio Hidalgo llegó con el mensaje de la “urgencia máxima” desde el primer día que llegó a Huesca y siete meses después esa coletilla se queda corta. Un descenso sería más que agónico para el club y el técnico catalán va a ser determinante en los cuatro últimos partidos de la temporada. Consciente de todo lo que se le vendría encima a la entidad, el entrenador de Canovelles sabe lo que se juega:
“Veo a los jugadores con la conciencia de la situación, es un momento de estar juntos”, apreciaba el
míster.
Hidalgo resucitó a un equipo que estaba a cinco puntos de la permanencia y quiere volver a hacerlo tras cuatro derrotas consecutivas. “Después de las derrotas pasan unas horas y días que le das vueltas a la cabeza por lo que ha sucedido. Hay que resetear y limpiar cabezas“, argumentaba el preparador barcelonés. El técnico expuso el método de trabajo que ha empleado en su plantilla para recuperar a sus jugadores: “Hay que ir al corazón de los jugadores y buscar ese límite que nos llevó a estar compitiendo. Faltando cuatro jornadas estamos un punto por encima”, argumentaba el catalán.
Hidalgo habla del rival del Huesca
El Elche tiene el límite salarial más alto de la categoría. El recién descendido de Primera División llega en un momento clave en sus aspiraciones de ascenso: “Son un equipo que domina muchos registros. Es de los que mas domina de la liga. No tienen un patrón claro, hacen cosas dependiendo de lo que tu le propongas. Tenemos que estar juntos y creer en nuestras posibilidades, sabiendo los momentos que les podemos hacer daño y recuperar solidez”, explicaba Hidalgo.
Hidalgo y las bajas
Antonio Hidalgo descartó para el partido de este domingo en el Martínez Valero a Valentín: “Esperemos que para la siguiente pueda estar”, explicaba el entrenador. Respecto a Joaquín fue más optimista: “Tuvo alguna molestia, pero esperamos que entrene con normalidad”, sentenció el entrenador del Huesca.
Ayman e Iker Gil
El entrenador también fue cuestionado por los dos goleadores de moda en el Huesca: Ayman e Iker Gil. El técnico no considera que sea un momento propicio para verlos jugar, pero confía en ellos: “Tienen 18 o 19 años y el peso no puede caer ni mucho menos en ellos, el trabajo ha sido bueno, han ayudado mucho a la base y están en época de formación. Si creemos que pueden echarnos una mano lo haremos, pero no podemos focalizar en ellos la responsabilidad del momento”, sentenciaba el técnico.
Solo abre el paracaídas ante un Castellón superior. Analizamos el empate del Huesca en BF