Será otra forma de conocer las experiencias de una escaladora de elite como es la oscense Cecilia Buil. Va a ser el jueves 9, en el Origen, a las 21.30 y con aforo limitado a unas 25 personas. Un maridaje entre gastronomía y escalada donde la montañera ofrecerá un repaso de sus viajes.
Serán ocho platos los que saldrán desde las cocinas del restaurante Origen, en un maridaje entre gastronomía y escalada como homenaje a Cecilia Buil. La escaladora oscense se encuentra en Canadá, poniendo el broche a esta etapa de Huellas on Ice, que no es otra cosa que abrir nuevas vías en hielo en todos los continentes. La conexión entre cocina y piolets surgió, según explica Beatriz Allué en su muro de Facebook, como una cena diferente en la que se hará un recorrido gastronómico por países que ha visitado Cecilia Buil en los últimos años.
Óscar Viñuales, cocinero y copropietario del restaurante Origen ubicado en Huesca capital, subraya que “hemos seleccionado platos típicos de países en los que ha estado Cecilia y los hemos adaptado a nuestros productos. Por ejemplo, de Méjico serviremos un guacamole con trucha de El Grado y borraja”. Además, el maridaje será completo porque ultiman acompañar los platos con vinos de Chile y Nueva Zelanda, entre otros países, además de que preparan un postre espectacular… donde la montaña será protagonista. La cita para el próximo jueves 9 será a las 21.30 y las plazas son limitadas por lo que hay que reservar en el teléfono 974 229745.
Por lo que respecta al aspecto deportivo, Cecilia Buil sigue en búsqueda y captura de hielo para escalar. Canadá ha sido en esta ocasión su objetivo. Y hasta el país del arce fue con Ixchel Ford. Allí han abierto una nueva vía en la parte superior de Weeping Wall, en Icefield Parkway. La apertura fue posible gracias a la colaboración de Jon Walsh. De esta forma, Cecilia Buil ha completado parte de su proyecto de hacer nuevas vías de hielo en cada continente, en agosto pasado fue Nueva Zelanda y ahora Norteamérica.
Y no fue fácil. La propia Cecilia Buil lo explica así en su Facebook: “Quién nos iba a decir la semana pasada que íbamos a conseguir abrir algo, con los calores que habían pasado las cascadas las semanas anteriores… Y todavía menos en un lugar tan emblemático como Upper Weeping Wall. (El martes) como presagio de un día magnífico vimos a un lince en la carretera, un suceso muy extraño y afortunado… Dejamos el coche a -25°C y volvimos al parking de noche, a -14°C, felices, después de estrenar una línea en la parte alta de Weeping, a la que llamamos The Lynx, (IV, 130 m, WI5) por la belleza y rareza que representa este animal. Fina, delicada, al sol todo el día, sólo escalable en un día tan frío y sólo accesible después de escalar los 180 metros de Weeping. Mil gracias, Jon Walsh por mostrarnos esta joyita, ha sido un gesto muy generoso”.