¿Y el Huesca qué tal? “Pues bien, gracias” sería la respuesta correcta. Tampoco pasaría nada si respondemos con un “muy bien”, aunque realmente, a mí me gustaría contestar como lo hacía el tristemente desaparecido e presidente de la SD Huesca Ángel Lumbierres, que cuando le preguntaban como estaba, contestaba con su tono irónico y cantarín: “¿Yo? Pues rozando la perfección, pero por encima.”
Y es que, a mi juicio, así jugó el Huesca frente al Córdoba, “rozando la perfección pero por encima”, completando el mejor partido para mí de la era Anquela en Huesca.
Cierto es, como reconoció el jienense, que el Huesca hizo grandes partidos la pasada temporada. En el podio seguramente están los partidos a domicilio en Pamplona y Leganés y en casa ante el Nástic, pero en todos ellos, a pesar de ser partidos fantásticos ante tres de los mejores rivales de la categoría, tuvieron algunos detallitos punibles si nos pusiéramos puntillosos.
“Querido Ángel: estarías orgulloso de tu Huesca”
Ante el Córdoba el Huesca lo hizo todo bien: cierto es que tuvo suerte acertando de cara al gol en la primera mitad, pero es que en esos primeros 45 minutos el orden táctico fue bestial, las ayudas defensivas extraordinarias y los despistes, los malos despejes o los errores individuales brillaron por su ausencia. De ahí que al repetir actuación defensiva tan brillante, y sumándole la ofensiva que quizá hubiera quedado en el debe en jornadas anteriores, la victoria no sólo fue justa y contundente sino corta.
He de confesar que llegué al partido con la idea preconcebida que Camacho sería la pareja de baile de Aguilera, y hasta la idea me gustaba pues el capitán azulgrana podía desempeñar un buen papel en ese puesto con su trabajo, sacrificio y manejo del balón. Pero fue Jesús Valentín quien saltó de inicio y escoltó con soltura y buena nota a un descomunal Aguilera, un jugador oscuro por su trabajo que no desborda como Ferreiro, no hace magia como Samu o no es tan veloz al corte como Jair, pero es igual o más imprescindible en este Huesca que los anteriormente nombrados.
Así que con el marcador a favor de corriente el Huesca estuvo muy a gusto: defendió bien sin encerrarse, le dio el balón al rival que no supo en qué emplearlo y en la segunda parte se desmelenó para completar un partido “rozando la perfección pero por encima”.
Querido Ángel: estarías orgulloso de tu Huesca. Ayer tu sonrisa siempre perenne en tu rostro la sacaban puesta los 2.700 asistentes al encuentro.
Sin echar las campanas al vuelo, el Huesca encontró ante el Córdoba el fruto a lo expuesto frente a Nástic, Alcorcón y Zaragoza pero con dos salvedades: que en esos partidos cometió errores que le costaron puntos y que los rivales supieron encontrar un ligero resquicio en la coraza azulgrana para chuparle parte de la sangre cual mosquito veraniego. Pero el Huesca al Córdoba supo sacarlo de su sitio, maniatarlo hasta tal punto que fue infructuoso un 66% de la posesión del balón de los blanquiverdes durante el primer acto.
Y ahora, sin pensar que este Huesca es invencible, seamos prudentes pero realistas: la portería funciona, la zaga funciona, la media funciona a pesar de que a mi juicio un centrocampista elaborador le vendría de perlas, y el ataque no marca pero funciona, con lo cuál la ecuación de momento sale bien.
Buen artículo , esta semana te felicito , suelo ser crítica con tus artículos porque no comparto tus opiniones , ni entiendo muchas cosas de las que dices, me gusta la línea de hoy ,así que felicidades
Está claro que siempre no puede gustarte Rebeca. Es un artículo de opinión, a veces la compartirás y otras no. Como la vida misma. Aprovecho estas líneas para felicitar una vez más al señor Sergio Brau. Cada día me gusta más leerle por aquí