El equipo azulgrana se ha caracterizado en este inicio de temporada por ser irregular, capaz de lo mejor y de lo peor. Anquela deberá tratarlo.
En lo que llevamos de campaña, la Sociedad Deportiva Huesca ha realizado buenos partidos, dejando buenas sensaciones, tanto en El Alcoraz como fuera de él. El ejemplo está en el encuentro frente al Córdoba en el feudo azulgrana, donde consiguió una victoria abultada por 3 goles a 0. La penúltima jornada frente al Almería, en casa, dejó buen sabor de boca obteniendo una victoria contundente por 2-0.
Los de Anquela también han sabido dar buena imagen fuera de casa, como en La Romareda, frente al eterno rival, que pese a jugar en inferioridad la mayoría de los minutos, supo aguantar y disponer de ocasiones de gol (1-0). En el Nuevo José Zorrilla, el Huesca tampoco se achantó y remontó el 1-0 inicial para llevarse los tres puntos de Valladolid aunque sin dar tan buena imagen, pero sí con esa capacidad de levantarse.
Por otro lado, el Huesca no supo dar la cara en partidos importantes y claves frente a rivales de su liga. El ejemplo lo tenemos en la derrota en el Sánchez-Pizjuán frente al filial sevillista por 2-0 o la dura derrota en El Alcoraz frente al Elche por 0-3 en un partido que se dejó escapar en el último cuarto de hora.
La gota que colmó el vaso, tras dos victorias consecutivas, cayó en Mallorca, donde se vio a un Huesca desconcentrado, con errores graves en defensa, echando de menos a Carlos David y con una sequía goleadora tremenda ya que, en las nueve jornadas que llevamos de liga, ninguno de los 3 delanteros oscenses han conseguido hacer gol.
En resumidas cuentas: un Huesca goleador y goleado por momentos, dejando sabores dulces en unas ocasiones y amargos en otras, de muchas luces o muchas sombras; este es el actual Huesca de Anquela.