El conjunto oscense consiguió salir imbatido del Pradejón (0-2) tras encajar consecutivamente ante Athletic, Alavés y Robres. Solamente dejaron la puerta a cero frente al Benasque.
Más allá de las sensaciones en el juego, siempre es positivo terminar un partido sin encajar. Contra el Logroñés, la zaga azulgrana resultó muy contundente y las intervenciones de mérito tanto de Javi Jiménez como de Sergio Herrera valieron para que los de Anquela sellaran su puerta. Los defensas Javito, Carlos David, Jair Amador y César Soriano, titulares en el primer tiempo, completaron unos muy buenos minutos y tiraron por tierra cualquier ofensiva blanquirroja.
Javi Jiménez, el guardameta que salió de inicio, detuvo el poco trabajo que tuvo y solamente concedió un tanto que fue invalidado por falta previa sobre el mismo. El golpe que sufrió le impidió continuar y entró Sergio Herrera en su lugar. El ex del Amorebieta, en cambio, sí que tuvo que emplearse a fondo. El Logroñés se estiró en la segunda mitad y llegó a poner en apuros a los azulgranas. Herrera sacó un esférico sobre la línea y se anticipó a otro par de balones que podían ser peligrosos.
De buen seguro Anquela estará satisfecho con el rendimiento defensivo de los suyos y con el buen hacer de sus cancerberos. Terminar imbatido es algo que no se pudo conseguir frente a Athletic, Alavés y Robres, a causa de los tantos de Susaeta, Manu Barreiro (de penalti), Deyverson y Carlos David en propia puerta. Ayer, y tras no conceder ningún tanto, el técnico jienense sabe que ésa es la línea a seguir. Partiendo de una buena base se consiguen los grandes logros.
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