La SD Huesca y el Real Zaragoza tienen muchos paralelísmos esta temporada: más allá de las estrellas japonesas y del fenomenal comienzo liguero, los pases y el buen trato al balón se han instaurado en ambos equipos.
Cada uno en su estilo, el de Michel más protagonista y el de Victor más vertical, ambos equipos lograron ganar el pasado fin de semana y, a parte de colocarse en el top 5 de la categoría, se colocaron en primer y segundo lugar de la división en efectividad de pases.
La SD Huesca, líder en este aspecto, tiene un 81’4% de acierto. El Real Zaragoza, por su parte, un 80’6%. Llama la atención especialmente el dato de los altoaragoneses, con un total de 469 pases por partido de media. De ellos, 382 llegan a buen puerto. Los de la capital por su parte intentan de media 398 pases, de los que 321 han encontrado a un compañero.
El Huesca, a parte de ser el que más pasa de la categoría y el que mejor lo hace, dobla incluso en pases al Alcorcón, equipo que solo ha acertado 170 pases bien por partido en las primeras 4 jornadas. De hecho, el jugador que más pases da de la categoría es azulgrana y son hasta 3 los que se cuelan en el top 10 de la categoría: Jorge Pulido ha probado 251 pases y Mosquera 241, siendo primero y tercero de la categoría en pases. Luisinho, con 203, cierra esta particular clasificación.
El primer jugador del conjunto blanquillo que encontramos en esta clasificación es Pichu Atienza, que ocupa la decimosexta posición con 193. El siguiente es Guti, con 171, en vigesimonovena posición. El top 30 lo cierra Kike Hermoso, que en los 3 choques que ha disputado ha dado 169 pases y es el siguiente jugador azulgrana.
Pases con sentido y una dirección
El que los aragoneses sean líderes en efectividad en pases se entiende mejor cuando se analiza también el tipo de los pases. Los dos también son líderes en pases en corto: la SD Huesca solo da el 14’3% de los pases en largo, mientras que el Zaragoza el 14’6%. Ambos son los dos que menos lo hacen de la categoría, probando solo 33 y 29 por partido respectivamente.
Ni Michel ni Victor negocian con el balón. Ambos quieren arriesgar lo menos posible, atacar a su estilo y ser protagonistas de los choques. Cuanto más tiempo tienen ellos el balón menos lo tienen los rivales, minimizando así el daño que les pueden hacer con él.