Para quien todavía no lo conozca, Fermin Arrudi Urieta (Sallent de Gállego, 1870-1913) fue el Gigante de Sallent, apodado así debido a los 2,29 metros de altura que llegó a alcanzar. Algo completamente inusual incluso en la montaña pirenaica, antes y ahora. Pues bien, permitidme use su enorme figura para titular este artículo en el que dar a conocer otro gigante sallentino, que aunque bien distinto, también tiene su singularidad. Hablo de Ibonciecho, otro descubrimiento del blog Puertos de Huesca
La ascensión a Ibonciecho se inicia en Sallent de Gállego
Se trata de una más que atractiva ascensión para la bicicleta de montaña con inicio dentro del casco urbano de Sallent de Gállego, si bien los primeros tres kilómetros serán por carretera. Lo son porque asciende en primera instancia hasta el embalse de La Sarra. Una vez allí se coge la pista que arranca a mano derecha.
A partir de ese punto quedan ocho kilómetros de subida bastante constante en su pendiente, si bien reserva su mayor exigencia para la parte alta. La pista en general está en buenas condiciones, asegurando incluso un buen descenso. La primera mitad se hace entre árboles, para ir desapareciendo según se gana en altitud. Después, el paisaje cambia y las vistas, inmejorables, se amplían. Lo que continua son las curvas de herradura, constantes en sus ocho kilómetros.
Arriba realmente no hay nada, acaba y la pista y punto. Sí el pequeño ibón de Ibonciecho al que hay que subir andando, también unas vistas inmejorables de buena parte del Valle de Tena y la satisfacción de haber vencido una ascensión para el recuerdo. La verdad es que Ibonciecho tiene algo de los grandes puertos alpinos, por paisaje, recorrido y entorno. Así que a disfrutarlo con la bicicleta de montaña.
Otras posibilidades
Para completar el día hay otras opciones junto al Gigante de Sallent. Hablo también de mountain bike, porque claro, las opciones tensinas son numerosas para cualquier especialidad ciclista. Muy cerca, en las inmediaciones de lanuza hay otro gigante escondido, Sierra Plana. Ojo porque presenta unos cinco kilómetros de pendiente brutal. Más accesible es el recorrido por La Partacua. Ya en la zona de Panticosa la ascensión a los ibones de Asnos y Sabocos por Hoz y descenso hacia Panticosa es otra atractiva actividad. También la pista de La Ripera.