Hemos vuelto a perder, pero contra el Athletic el entrenador no tuvo la culpa. Que sus dos delanteros -Okazaki y Mir- no lleguen casi a tocar balón en 45 minutos cada uno (aproximadamente) habla a las claras de la poca pegada que tenemos. Que en el minuto ochenta y tantos, nuestro capitán pierda la marca, cometa un penalti y le expulsen no es culpa de Míchel.
Que acierte con los cambios, en tiempo y nombres, equilibre el partido y aún así perdamos, no le señala a él. Hoy no. Retrata a los jugadores, y el uno por uno, si se analiza, es muy duro. Ontiveros, Siovas, Galán, Rico mientras puede y Mosquera si no le presionan mucho. Y Okazaki y MIr persiguiendo sombras.
Nada más. El resto, simplemente, no tienen nivel de Primera División. Y me duele decirlo de gente como Pulido o Ferreiro, pero ya son demasiadas jornadas como para tener dudas en este particular. Rubén, secretario técnico, no ha sabido armar un grupo de hombres con nivel y experiencia de Primera. Andrés, Borja y demás fichajes contrastados teóricamente en la categoría, no lo están demostrando hasta ahora y no logran subir el nivel como para ganar a alguien en esta categoría.
Muestro mi decepción y cansancio: no le veo arreglo a esto… Ni con un buen entrenador. Me levantaré, es lo que tiene la ilusión, pero por favor: que alguien explique en ese vestuario el significado de “no reblar”. Estos chicos no lo saben.