Se cumplen tres años del fallecimiento de Mireia. Una niña feliz, sonriente, querida… que se vio afectada por una meningitis muy difícil de detectar. Era el 26 de septiembre de 2015. Ahora, justo 3 años después, sus padres celebran el III Torneo de Pádel en honor a Mireia y con un fin solidario: que todos los niños puedan sonreír como lo hacía Mireia. Hablamos con el padre de Mireia, Sergio Zorita, sobre este torneo y la sonrisa eterna de Mireia.
Este fin de semana toca homenajear a Mireia. Ya van tres ediciones de vuestro Torneo de Pádel en su honor.
Es el Torneo de Pádel Memorial Mireia “Una Sonrisa Eterna”. Se celebra en Pádel Plaza del 28 al 30 de septiembre. Llevamos dos años con esta iniciativa y todo lo que recaudamos tiene un fin benéfico. El torneo se divide en 6 categorías: 2 masculinas, 2 femeninas y 2 mixtas. Son partidos de 40 minutos que se juegan entre el viernes y el sábado. El domingo, a partir de las 4 de la tarde, se juegan las rondas finales de todas las categorías.
El pádel es además un deporte par todos los públicos. Puede ser una cita muy familiar…
Esa era nuestra idea cuando decidimos hacer un torneo con el pádel como eje central. Es un deporte muy agradecido. Cuando vas por la pista, ves desde niños de 4 años hasta personas de más de 70. Yo, por ejemplo, tengo un amigo de 67 años que es un autentico campeón.
La cita contará además con un jugador de pádel de primer nivel.
Será el domingo desde las 6 cuando venga Sanyo Gutiérrez. Es el numero dos del World Pádel Tour y compañero del actual numero 1. Estará un par de horas jugando contra todo aquel que quiera enfrentarse a él y ver si le hacemos algún punto. Enfrentarse a Sanyo tendrá un donativo desde 3 euros destinado íntegramente a Autismo Aragón.
¿Por qué habéis elegido Autismo Aragón como entidad beneficiaria de todo lo que se recaude?
Cuando falleció Mireia intentamos donar sus órganos pero no fue posible debido a la meningitis que había padecido. Su madre y yo, con motivo del primer año de su muerte, decidimos hacer algo a favor de los niños. El primer año donamos todo lo recaudado en este torneo de pádel a Cruz Roja y con 4.000 euros conseguimos que muchos niños pudieran tener material escolar para ir a clase. El año pasado recaudamos 4.500 euros para Aspanoa. Este año hemos decidido colaborar con Autismo Aragón porque es una asociación que nos toca de cerca y que además, se ubica muy cerca del colegio donde iba Mireia.
Después de vivir algo tan duro como la pérdida de un hijo, ¿de dónde sacáis fuerzas para organizar torneos como este?
Las sacamos de la gente. El primer año cuando decidimos hacer el torneo, yo pensaba que iba a ser solo algo de un grupo de amigos de pádel que quisieran hacerle un homenaje a Mireia, con 30 o 40 parejas como mucho. Empezó a conocerse por el boca a boca y llegamos a 84 parejas. En 2017, participaron 104 parejas y este año hemos tenido, incluso, que cerrar inscripciones con 128 parejas participantes. Ya no había horarios ni pistas en Pádel Plaza para albergar más partidos y eso que en sus instalaciones cuentan con 13 pistas. Así que de ahí sacamos la fuerza, del cariño de la gente. Siempre digo que desde ese 26 de septiembre que murió Mireia, en 2015, sé que tengo que tirar para adelante, pero si no fuera por la fuerza de familiares y amigos sería imposible. Perder a un hijo es antinatural. Tienes que coger la fuerza de la gente que te rodea.
Mireia además tuvo muy mala suerte. En tu blog (www.mireiaunasonrisaeterna.es) reflejas toda su historia que es realmente emotiva y conmovedora…
Mireia empezó con dolor de cabeza y con las manos dormidas. La llevamos a su pediatra pero no daban con lo que tenía. Pensaron que era sinusitis o el cambio hormonal porque tenía 12 años. No se le pasaba, así que fuimos a urgencias del Hospital Infantil de Zaragoza donde estuvo ingresada en el hospital de día y le hicieron todo tipo pruebas, incluida la de la meningitis pero daba negativo. Al final, una noche la ingresaron porque tenía un dolor insoportable. Hasta 2 días después no dieron con lo que tenía. Fue gracias a un enfermera que entró a darle la merienda y vio que algo no iba bien. Le hicieron una punción y nos dijeron que padecía meningitis. Al principio pensaron que era la meningitis más común, de la que Mireia, por cierto, estaba vacunada; pero tenía síntomas extraños: alucinaciones, actos repetitivos, perdida de visión lateral… Le hicieron todo tipo de pruebas y agradecemos el esfuerzo de todo el equipo del Hospital Infantil que hizo lo imposible por salvar a mi hija, incluso con tratamientos preventivos. El “puto bicho” se reía de todo. Finalmente, Mireia tenía una meningoencefalitis tuberculosa. Ese “bicho” había afectado ya demasiado el cerebro de Mireia y no se pudo hacer nada. El día que nos dijeron que estaba grave era además, el cumpleaños de su madre. Fue muy cruel.
“Debemos aprender de la felicidad de nuestros hijos”
Es de admirar vuestra fuerza por intentar ayudar a los demás…
Ese es nuestro pequeño grano de arena, por eso llamamos al torneo “Sonrisa Eterna”. Mireia siempre sonreía y queremos que los niños que están enfermos también sonrían, al igual que sus padres. Hoy hace 3 años del fallecimiento de Mireia. Los padres siempre nos preocupamos de enseñar a nuestros hijos un modo de vida o qué deben estudiar, pero aprendemos poco de ellos. Debemos aprender mucho de su inocencia, disfrutar de la vida y relativizar los problemas. Hay que aprender de la felicidad de nuestros hijos y de sus ganas de vivir que, a veces, perdemos con los años. Todo ello nos mueve a hacer cosas como este torneo de pádel solidario y salir adelante. Al final, el Sol sale todos los días.