El Pabellón Juan XXIII acogió el sábado una maratoniana jornada de esgrima que incluyó la edición más internacional del III Torneo Nacional de Veteranos Ciudad de Huesca y el IV Open San Vicente con el Club Esgrima Huesca como anfitrión.
La prueba nacional de veteranos, que decide los componentes de la selección española, se saldó con la victoria de Marçal Vinyals de la Escola Hongaresa de Esgrima de Barcelona en categoría masculina y María José Padura, del Club Deportivo Fortuna de San Sebastián, quien llegaba a Huesca como subcampeona mundial de sable veteranos y se imponía entre las féminas.
Vinyals, en su primera aparición en los torneos oscenses, dejó claro desde el inicio la importancia de la tradición húngara en el sable y su buen estado de forma pese a su reciente paternidad y cerró su competición con una final muy dinámica en la que vencía al donostiarra Txomin Tellado. El tirador del CEH Pablo Alfonso logró clasificarse para el Tablón de final de 8 sin llegar a mostrar su mejor esgrima.
Por su parte Padura ya había logrado el oro en los torneos oscenses tanto en categoría de veteranos como en absoluta y empezó haciendo sus deberes en sesión matinal superando en la final a la sablista del Club Esgrima Madrid Ángela de Rioja, donde no puedo llegar la aragonesa Irene Yus.
Tras este arranque daba comienzo el Open San Vicente para menores de 14 años con una participación mermada al no poder asistir los sablistas de la Section Paloise de Escrime debido a la nieve en los puertos fronterizos, pero con una buena representación del club local.
Leyre Andrés, la actual campeona de Aragón M14 sufrió una derrota en la fase de poules, pero se repuso en las eliminatorias directas y superó a la favorita, Marina Otaegui del CD Fortunake, en semifinales, con un agónico 15-14, y en la final consiguió el trofeo femenino para Huesca, manteniendo de nuevo la intriga de un marcador que finalizó con un 15-13.
La competición masculina M14 parecía abocada a una final entre el joven sablista local Marco Asensio y la más clara promesa de su categoría, Santiago Madrigal del CEM de Madrid. Tanto en la fase clasificatoria preliminary, como en las eliminatorias, se confirmaban los dictados del guión aunque los más jóvenes de San Sebastian subían sobremanera el nivel de exigencia y ponían en apuros a Asensio y Madrigal en más de una ocasión. Como último acto, una final de esgrima muy fina entre dos amantes del contraataque que se decantó en el último tramo del asalto a favor del madrileño.
La sesión de tarde comenzaba con una declaración de intenciones que explicaba cómo una prueba regional tan lejos de las capitales logra atraer a tiradores de 3 naciones y 11 clubes: Un fantástico ambiente de esgrima, como destacaba Christophe Laurens, presidente del Club d’Escrime Gaillac: “Hay una sensación de sable antiguo, como si todos fuéramos del mismo club; sin egos. Echamos de menos esto a veces en el circuito francés”.
César de Francisco, delegado de la Sala de Armas de San Lorenzo del Escorial daba como claves “mucho nivel deportivo, gran participación y una genial organización” para que su club sea un habitual en los torneos del CEH.
Más de cuarenta competidores sobre las nuevas pistas del Juan XXIII se encargaban de ir elevando ese nivel conforme avanzaban los cruces de forma que tan sólo Jorge Marín entraba en los cuartos de final de entre los oscenses de categoría masculina y Carmen Arnal en la femenina.
La rusa Daria Abasheva por el Club Navarro de Esgrima iba superando las eliminatorias con solvencia hasta encontrarse en la final con Maria José Padura, que pretendía hacer doblete un año más, pero Abasheva impuso la velocidad de su juventud frente a la experiencia de Padura y se anotó el triunfo.
El sable masculino parecía abierto al no contar con los últimos vencedores, Enrique Solís (CD Fortunake) y Javier López (CEM), más aún cuando el tirador de Huesca Jorge Marín comenzaba los cruces eliminatorios como primer cabeza de serie.
Sin embargo la final terminaba enfrentando a dos jóvenes donostiarras, Diego Iriarte y un velocísimo Igor Zubizarreta, que a pesar de comenzar el torneo cayendo ante Marín y Chóliz encadenó una impecable serie de asaltos de 15 tocados hasta lograr la victoria.