Envueltos en este fútbol moderno que igual te pone un partido en viernes o un lunes y cenas con él, pasando por domingos a las 12:00 o tardes de 16:00 a 22:00. Este negocio de medios, de televisiones, de intereses y de audiencias en el otro confín, nos ha llevado a acostumbrarnos a horarios absurdos, días puñeteros y ambientes que destilan tristeza.
Por eso, este domingo a las 16:00 de la tarde en Huesca, en El Alcoraz, como antaño, se vivirá una tarde de fútbol, de buen fútbol, de quizás una de las estampas más bonitas en vísperas de Navidad. Nuestra SD Huesca, líder de la Segunda División, recibirá al segundo clasificado y colíder en la tabla. Este equipo ha dejado momentos para el recuerdo en un año de ensueño y la afición ahí estará, como no podía ser menos, porque lo que parecía inevitable se está empezando a consumar: la gente tienes ganas de fiesta. Buena parte de Huesca y su provincia han cogido como rito acudir a El Alcoraz.
El campo se queda pequeño; bendito problema. Ahora que viene frío, arropados mejor se llevará. Un año que va a dejar a la SD Huesca como uno de los mejores equipos en cuanto a puntos, sino el mejor, de toda Segunda. Hemos disfrutado de algo histórico; y lo que nos queda. Con la seguridad de que el estadio vestirá sus mejores galas, convencido de que el público lo abarrotará, sólo me hayo esperando a que, a la hora del dulce, me vuelvan a hacer vibrar.
Habrá abuelos con nietos, padres e hijos, mamás, tías y jóvenes en general. Huesca entera, desde Jacetania al Bajo Cinca, pasando por Ribagorza, Alto Gállego, Somontano, Sobrarbe, La Litera, Cinca Medio y Monegros a la Hoya irán a parar. Todos ellos se vestirán de fiesta y uno, como orgulloso oscense, a buen seguro se emocionará. Se emocionará por el momento, por recordar tiempos pasados y por algún amigo que ya no está. A uno le dicen domingo, 16:00 de la tarde, estadio El Alcoraz, y le vienen a la cabeza esas tardes de niño, disfrutando a los Bainez, Chente, López y cía. Bonitos tiempos pasados, en los cuales, ni el más osado, imaginaba lo que podría llegar.
Aquellos días forjaron mi recuerdo. Hoy, ese recuerdo, es el que intento inculcar, con cariño, con respeto, pero teniendo siempre presente que lo que estamos viviendo es un privilegio que hemos de disfrutar. El domingo veré vecin@s, soci@s, amig@s, algun@s sonrientes, otr@s nervios@s, l@s habrá con pinganillo, pegad@s al móvil, luciendo bufandas, atent@s, cariños@s, ofuscad@s, atrevid@s, generos@s. Pero tod@s ell@s, con un brillo especial.
Llegados a este punto sólo nos queda vivirlo, vivirlo desde el sentido, pero vivirlo con pasión, teniendo siempre presente que a nuestro lado habrá un niño/a que, pasados los años, emocionad@ y orgullos@, tendrá una bonita historia que contar.